VIVENCIAS

Algo más sobre el Síndrome Hybris

Eduardo Medina Bisiach antes citado en el artículo anterior, entiende que los síntomas del Síndrome Hybris, “incluyen excesiva confianza en sí mismo, orgullo exagerado, desaire por los demás, con rasgos en común con el narcisismo, pero manifestado de una manera más acentuada como el abuso de poder y la posibilidad de perjudicar la vida de otros”.

Además, las consecuencias negativas del Síndrome se asocian a una falta de conocimiento, carencia de humildad y la vanidad.

Un aspecto para destacar, lo expresa Medina Bisiach sobre la circunstancia de que este Síndrome sea tan común solo en política, porque en otros contextos es más usual que el que dirija sea el más capaz, pero en política no es así, porque los ascensos van más ligados a un enchufismo decisorio.

En esto, vale considerar las características de los líderes que entiende son víctimas de hybris, resumidas así: “i) ven el mundo como un lugar de autoglorificación a través del ejercicio del poder; ii) muestran una preocupación desproporcionada por la imagen y la manera de presentarse; iii) exhiben un celo mesiánico y exaltado en el discurso; iv) identifican su propio yo con la Nación o la organización que conducen; v) pierden el contacto con la realidad; vi) se otorgan licencias morales para superar cuestiones de practicidad, costo o resultado”.

Refiere el sistema político argentino, semejante al nuestro, signado por lo efímero del poder, el culto a la personalidad y un presidencialismo caudillesco, cuyas acciones alarmantes reflejan un cuadro psicológico, donde parece cumplirse aquel proverbio atribuido a Eurípides: “Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”.

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