Un voto de confianza por Luis Abinader
Son múltiples las razones que tiene República Dominicana para darle un voto de confianza al Presidente Luís Abinader para que pueda continuar profundizando el cambio y deje como su principal legado un país verdaderamente institucionalizado y con los candados constitucionales suficientes y fuertes que impidan el retroceso.
A la generación de periodistas a la que pertenezco y a nuestros antecesores, le tocó ser testigos de primeras filas, de crueles campañas electorales cargadas de las más inverosímiles calumnias y difamaciones, que contribuían a crear un ambiente tan tenso y pesado que más que elecciones generales parecían el preludio de guerras armadas.
Al doctor José Francisco Peña Gómez, máximo líder del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano- PRD- tocó la peor parte de esa degeneración política vivida en nuestro país en los últimos 50 años. En su contra se experimentaron todos los métodos difamatorios y calumniosos de Campañas sucias que existían hasta esos momentos. El expresidente Profesor Juan Bosch, aunque en menor dimensión, también fue víctima en su momento de despiadadas calumnias y difamaciones cuando proyectaba posibilidades electorales.
Quienes vivimos esos episodios no imaginamos nunca que en un relativo corto tiempo también seriamos testigos de ver el surgimiento de un nuevo liderazgo, en este caso encabezado por el Presidente Luís Rodolfo Abinader, con una visión diferente, que apostara por un ejercicio político decente y transparente el cual ha tenido una aceptación de tal magnitud que lo ha convertido en este momento como el principal líder político de nuestro país.
He visto al hoy Presidente de la República como en diversas ocasiones se negó a auspiciar campañas sucias contra adversarios, dejando en claro que esos procedimientos, tarde o temprano, producen más daños que bien a sus promotores, además de que iría en contra de su prédica que busca incentivar a las nuevas generaciones del país a practicar un ejercicio decente y distinto de la política.
Y es que esa forma de hacer política y de administrar el poder de Luís Abinader ya le está dejando elevados beneficios a la República Dominicana y en especial a su proceso democrático.
Con esa forma de actuar, en un relativo corto tiempo ha realizado acciones trascendentes que podemos resumir de la siguiente manera:
- Liderar de manera exitosa y en tiempo récord la lucha contra la terrible epidemia del Covid 19 que tenía a este país al igual que al mundo postrado y sin esperanza.
- Mantener y consolidar la estabilidad económica del país con todas las adversidades internacionales existentes.
- Dar nuevas esperanzas a un país incrédulo que veía imposible tener un gobernante implacable contra la corrupción y dispuesto a enfrentar a quien sea en ese propósito
- Rescate y desarrollo de la actividad empresarial turística sin precedente al igual que el fomento de todas las actividades productivas del país.
- Poner en el centro de la preocupación y gestión gubernamental innúmeras acciones tendentes a mejorar las condiciones de vida de las personas que forman parte de los sectores más carenciados de nuestro país.
- Mejorar en forma considerable las condiciones de vida de los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, y sus familiares directos, lo cual redundará tarde o temprano en mejoras de la seguridad ciudadana.
- Una política internacional pro-activa, como nunca antes, que le ha permitido crear un liderazgo regional, manejando de manera correcta y responsable las complejas relaciones con el vecino Haití, lo que le ha valido el reconocimiento internacional.
Es cierto que esto es cambio. Pero el cambio fundamental del trabajo del presidente Abinader y su mayor legado para presentes y futuras generaciones es haber demostrado que se puede ejercer la política de manera decente y civilizada y encabezar un gobierno eficiente y al mismo tiempo honrado, razones más que suficientes para que la República Dominicana dé otro voto de confianza al presidente Luís Abinader.