POLÍTICA Y CULTURA

¡Un Abinader indetenible electoralmente!

La candidatura de Luis Abinader es un hecho focal alrededor del cual giran o gravitan como fuerzas sociales, un conjunto de sectores integrados a una visión o mandato de Estado moderno. No está en dudas que el Presidente Abinader tiene todas las posibilidades a su favor de ganar en los próximos comicios de manera apabullante a sus adversarios. Las mediciones en todos los escenarios muestra una candidatura vigorosa, contra la cual es muy difícil armar o crear una alternativa que compita con posibilidades electorales. El mensaje implícito en las cotejos y observancias mediáticas, corroboran un sentir nacional expresado en todas las evaluaciones de opinión. Dentro de los males estructurales. admitidos en el proceso evolutivo y convulsivo de nuestra democracia después de la muerte del tirano, se ha producido una toma de conciencia institucional entre sectores y agrupamientos económicos, que han impulsado normativas de crecimiento y desarrollo económico del país. La sindicalización obrera y la organización laboral, en los niveles en los cuales se manifiesta el crecimiento material en cifras reales, conocidas por los organismos internacionales, revela una reorientación de rumbo político cohesionado de Estado. El registro de las fuerzas sociales y económicas que la impulsan, registra un cambio de rumbo de metas y objetivos a corto y largo plazo de la sociedad dominicana, debilitada en otrora al máximo por la politiquería y la corrupción, en la que copulan los intereses nefandos del oprobio político y social .

Pero donde se observa con criticidad y sentido objetivo, este mal de males y sus correctivos, ha sido en la pulcritud del reordenamiento judicial del país, avanzando institucionalmente, enladrillando las bases de sometimientos y denuncias sobre canales orgánicos y legales significativos. El débil discurso de la oposición no contrapone a las realizaciones tangibles del Estado, ninguna opción que deslinde el ejercicio ético cuya eficiencia es admitida por organismos nacionales y extranjeros, lo que ha llevado a la oposición a caer en una indefension orgánica, corifeo de juicios desmesurados y una pasmosa debilidad disolvente en términos morales. El presidente Abinader ha sorprendido a algunos que supusieron un manejo inexperto de la cosa pública, sobrepasando todos los manejos anteriores del caso haitiano. La defensa de la Patria como institución suprema y como conciencia nacional, en pocas veces se ha visto tan firme y encarecidamente sostenida como lo ha hecho el Presidente Abinader.

Sin caer en demagogia ni en poses teatrales, el presidente Abinader exhibe un discurso nacional integrador e impulsa una política de diálogo y entendimiento, proponiendo un camino social productivo, un respeto de naciones, búsqueda de la paz, enmarcando la política de Estado dentro del interés nacional. Todo esto mientras el Gobierno crea y desarrolla obras de infraestructuras fundamentales para la economía y el progreso, y el turismo se coloca en un nivel de vanguardia en todo el Caribe y en América, en primer lugar en un proceso de crecimiento imparable que no se ha detenido.

Las medidas correctivas, los sometimientos, las advertencias éticas, el modelo de crecimiento impulsado al calor de una economía emergente y sólida, auguran un ruta de incremento, expansión y desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad dominicana, mientras las elecciones virtualmente definidas corroboran todas las apreciaciones y evaluaciones realizadas.