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PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

El Papa y Arrupe hospitalizado

Juan Pablo II conoce “la autoridad y prestigio” del Padre Arrupe entre los jesuitas, pero desaprueba a dos posibles sucesores del General, frecuentemente mencionados.

Al Padre Vincent T. O’Keefe, mal visto por los jesuitas conservadores. Piensan que Arrupe se ha fiado demasiado de él. Juan Pablo I en carta del 27 de septiembre 1978 se quejaba de las opiniones de O’Keefe en la revista holandesa De Tijd, allí “… se había declarado favorable a la regulación de los nacimientos, al celibato sacerdotal opcional y al sacerdocio de las mujeres”.

Al Padre Jean Ives Calvez se le reprocha en los medios vaticanos de haber mal aconsejado al P. Arrupe durante la Congregación General XXXII.

Con JPII interno luego del atentado (13-V-81), Arrupe viaja al Camerún para asistir al Simposio de las Conferencias Episcopales de África (28 mayo al 5 julio). Luego, del 26 de julio al 7 de agosto, viaja a las Filipinas conmemorando el IV Centenario de la llegada de los jesuitas al archipiélago. Participa en el encuentro de la Conferencia de religiosos de Asia Oriental y cruza por Tailandia, donde al obispo local le desagrada la forma en que los jesuitas trabajan con los refugiados.

A su regreso, luego de tan intensa actividad, Arrupe sufre una hemorragia cerebral el 7 de agosto de 1981. Vicent O’Keefe es nombrado vicario general. G. Bella advierte que Arrupe “había señalado como vicario general a Cecil McGarry.” JPII le expresa sus buenos deseos a Arrupe el 8 agosto. El 29 agosto, Casaroli visita a Arrupe con una carta de JPII. Casaroli le comunica a O’Keefe: el papa sigue considerando inoportuna la convocatoria de una Congregación General.

Los presidentes de las Conferencias de los Provinciales reunidos en Roma (20 – 24 agosto, 1981) de nuevo solicitan el permiso del papa para convocar Congregación General.

Por esos días, el asistente General Cecil McGarry conversa con el cardenal Pironio, prefecto de los religiosos, quien le informa: antes de la próxima Congregación General «El papa pretendía definir… algunos aspectos de la SJ: las cuestiones doctrinales en algunos individuos, facultades y revistas; la falta de la disciplina y de la autoridad propias de los SJ; las actitudes sociopolíticas de algunos jesuitas en América Latina, y de modo particular en México y Centroamérica». Pironio todavía veía posible una Congregación General.

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