Desafiar un imperio es la mayor osadía que puede cometer un pueblo. Pasó con Haití cuando hizo su revolución y Francia le impuso sanciones monumentales; sucede desde 1960 con el bloqueo de Estados Unidos a Cuba.

El bloqueo impide que cualquier agente económico, aún sea de un país tercero, pueda hacer negocios con Cuba. Sucedió con la Société Générale y BNP-PARIBAS, bancos franceses a los que el gobierno estadounidense condenó con multas récords en billones de dólares.

Mientras República Dominicana recibió en el 2023 cerca de 11,000 millones de dólares en remesas, Cuba, con una mayor emigración, sólo pudo recibir 1,800 millones, debido a las restricciones de EEUU.

Cuba debería tener el mismo derecho de todos los países para acceder a los mercados internacionales de insumos para el desarrollo de sus industrias, y así garantizar alimentación, medicinas y energía eléctrica para su población.

Levantamos nuestra voz por el fin del bloqueo.

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