Haití: Entre la diplomacia del caos y la gangolución
¡El fuego! ¡La sangre! ¡Los llantos! En Haití, estas exclamaciones dolorosas no faltan. Ellas asaltan a los corazones a cada hora. También, es todo el paisaje político que tiene miedo de aquella situación. Esos asaltos describen un clima infernal que va creciendo en la tierra de Dessalines. A la vez, es un barómetro político insostenible, saturado de incertidumbres, que hoy mide el porvenir del país.
En realidad, el sufrimiento del pueblo haitiano tiene múltiples orígenes, pero esta angustia lleva una constante: la inestabilidad. De todos modos, los periodos políticos van pasando; cada uno traslada su cúmulo de caprichos. Sin embargo, la crisis de ahora no tiene comparación.
El actual escenario político ha sido concebido hace muchos años, pero las verdaderas turbulencias nacen el día después del asesinato del presidente Jovenel Moise, el 7 de julio de 2021. Lo frustrante es que nadie puede identificar los verdaderos culpables de este conflicto.
Los analistas tienen razón de echar la culpa a los norteamericanos por su política de injerencias irrespetuosa; se les denuncian una diplomacia creada especialmente por países con recursos naturales y estratégicos. Por ejemplo, las masacres en el Congo-RDC, las cruzadas en el Sahel, donde países como el Burkina Faso, Níger, y Mali [AES] están viviendo unos infiernos diplomáticos por sus propias riquezas.
Esta Diplomacia de Caos se aplica en Haití a través de las gangas cacicazgadas en algunos puntos específicos. Estos señores del temor ejecutan y destruyen, sobre todo, los edificios del Estado como las estaciones de policía y facultades universitarias; hasta el aeropuerto principal ha sido baleado.
De igual modo, los bandidos están atacando a los bienes privados. Entretanto, los riquísimos no están amenazados. La clase media es la única que esta descapitalizada.
Esta constate ayuda a identificar los dedos de un instigador cruel, pero bien orientado con objetividad para hacer daño. Por ejemplo, aquel mentor malhechor federa las gangas en G-9 y las refedera en Viv-Ansanm [vivir junto].
El modus operandi ilustra que hay un plan de ruina en gestación. Además, la emisaria de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) por su sigla en francés, Helen La Lime, se responsabilizó, sin vergüenza, de la creación de la federación de los bandidos. Lo que pasa es que en Haití se está viviendo la aplicación de una politiquería internacional: la destrucción de las instituciones por el fallo del Estado con fin de explotar las riquezas mineras del subsuelo haitiano. Es una conjunción que une la diplomacia del caos a la gangolución.
Gangolución*=la pseudo-revolución de las gangas
Prof, Seton Hall University, NJ
Email: Jean-Rony.andre@shu.edu