El caos de los motoristas no podrá ser eterno
Todos los sectores nacionales que en verdad les duele su país, deben dar un paso al frente en la cruzada que hace varias semanas se ha iniciado con tal de extirpar el cáncer que representa el caótico sistema de transporte público, que tanto pesar y lamento ha llevado a la familia dominicana, y que en ocasiones ha tocado a personas de otros países que vienen a vacacionar.
Pesar y lamento han sido constantes en los últimos años con las escalofriantes estadísticas de muertos y heridos, en su inmensa mayoría de personas que se desplazaban en motocicletas. Agreguemos a eso las cifras millonarias que se invierten en los hospitales especializados en tratar a esos pacientes.
Pero algo peor: la mayor cantidad de atracos que se cometen a nivel nacional -hay estadísticas confiables que lo demuestran- son protagonizados por individuos que se desplazan a bordo de motocicletas. Es un tema que, aparte del mayúsculo desorden que tenemos en el tránsito vehicular, debe ser tratado con la mayor responsabilidad.
Cientos de calles y avenidas en los principales centros urbanos de este país, con sus respectivas intersecciones, y en poblaciones de las regiones más apartadas constituyen lugares de alto riesgo para el desplazamiento de conductores y peatones.
El Listín Diario, que en las últimas semanas ha llevado una campaña para buscar soluciones al caótico tránsito en las calles de la Capital y otros centros urbanos, lo mismo que con el desorden que representan los motoristas, ha puesto el dedo sobre la llaga y, como era de esperarse, estas gestiones han concitado el respaldo de distintos sectores de la sociedad.
“La meta: que nadie se pase en rojo”, como titula este periódico en su editorial de este jueves 7 de marzo, también debe ser algo que cuente con el apoyo no solo de conductores y peatones, sino de las autoridades nacionales y municipales, de expertos en el área, de empresarios, educadores, medios de comunicación, agrupaciones religiosas, en fin, de toda la sociedad en su conjunto.
Hemos visto que el Intrant, institución llamada a enfrentar la crisis del transporte, ha dado un paso al frente con el inicio de contactos con empresarios vinculados a los motoristas que participan en servicios de entrega a domicilio o deliverys. Pero la cosa no deberá quedar ahí, puesto que esa es solo una parte del problema.
Y tal como plantea el editorial del Listín Diario, “las nuevas regulaciones deberían abarcar a los demás, porque los "deliverys" no son los únicos líderes en las infracciones circulando en dirección contraria de las vías, usando las aceras o ingresando en rutas restringidas”.
Los desórdenes que se observan en nuestras calles, protagonizados mayormente por motoristas, obligan a que este país, con el auxilio de los distintos estamentos de decisión, vaya ideando la creación de un órgano fiscalizador exclusivo para ese sector del transporte.
Estaremos muy de acuerdo que, en las sanciones a aplicar a los violadores de la luz roja, por transitar en vía contraria y/o por encima de las aceras, o por túneles y elevados incluyan cancelación temporal de la licencia o permiso de conducir, e incautación de su motocicleta.
Con estas medidas primigenias se podrá ir aplicando soluciones a un sector que se considera con poder decisorio de hacer en las calles lo que le venga en gana, sin tomar en cuenta los inconvenientes que provoca a la población.