ENFOQUE
Rol y perfil de los alcaldes
El próximo periodo electoral local en la República Dominicana se acerca, y con él, la crucial tarea de elegir las autoridades que dirigirán nuestros gobiernos locales durante los próximos cuatro años. Sin embargo, en medio del ruido de campaña, se observa una carencia preocupante de propuestas sustanciales. En lugar de discutir visiones de gobierno y programas concretos, nos vemos inundados de imágenes, vídeos y hasta drones, mientras las encuestas se convierten en herramientas de manipulación de la percepción pública, dejando de lado la explicación de qué fundamentaría la supuesta victoria de un candidato o candidata en base a su visión de gestión.
Para evaluar correctamente las candidaturas, es esencial regresar al núcleo de la cuestión y cuestionarnos cuáles son las funciones y responsabilidades que la legislación dominicana atribuye a las alcaldías y direcciones municipales. Esto nos lleva a reflexionar sobre el perfil idóneo que debe poseer un alcalde o alcaldesa para enfrentar los desafíos locales con eficacia.
Tradicionalmente, el modelo de municipalidad en nuestro país ha estado enfocado en la gestión de servicios básicos como la recolección de basura, el mantenimiento de calles, la construcción de infraestructuras menores y la administración de parques. No obstante, dos elementos fundamentales que destacan en nuestra legislación y merecen mayor atención en la discusión de propuestas municipales son el ordenamiento territorial y la promoción del desarrollo local.
Un gobierno local tiene la responsabilidad de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a través de una planificación y gestión del territorio que haga un uso eficiente de un recurso valioso y limitado como es el suelo. Cada decisión relacionada con el ordenamiento territorial, desde la asignación de terrenos para viviendas hasta su uso para actividades industriales o agrícolas, tiene un impacto significativo en la vida de las comunidades. Desafortunadamente, tragedias como las explosiones de San Cristóbal en 2023 y la del Ensanche La Fe en 2018 son consecuencias directas de una mala planificación territorial.
Ante este desafío, es crucial que las autoridades locales posean las competencias necesarias para realizar una planificación y gestión adecuadas del territorio. En particular, la visión, la empatía y las habilidades gerenciales son aspectos esenciales que deben ser valorados en los candidatos y candidatas a cargos municipales.
La visión les permite visualizar el potencial de cada rincón de su municipio y trabajar hacia un futuro mejor. A modo de ejemplo, Jaime Nebot vio en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil que el barrio Las Penas podía convertirse en un atractivo turístico, a pesar de que en su momento era uno de los barrios de mayor pobreza y delincuencia. De forma creativa, Nebot organizó un concurso entre los habitantes del barrio de quién hacía una mejor transformación de su hogar, y regalando únicamente tablas y pintura logró que decenas de viviendas fueran completamente restauradas.
La empatía les permite entender las necesidades de su comunidad y responder de manera adecuada. Mientras en algunas ciudades como Santiago de Chile y Medellín los gobiernos locales están experimentando esquemas de promoción del emprendimiento para reducir el desempleo juvenil, en varias ciudades japonesas los gobiernos locales están desarrollando espacios de recreación para una población cada vez más envejecida.
Por último, las competencias gerenciales son claves a la hora de implementar la visión y sostenerla en el tiempo, más en el caso dominicano donde las alcaldías y distritos municipales tienen un muy bajo presupuesto. Y es que el día a día de los alcaldes implica gestionar equipos, recursos financieros, relaciones con organizaciones de la comunidad, relaciones con el gobierno central, dirimir conflictos, entre otras tareas comunes.
Retomando los ejemplos internacionales, Edi Rama de Tirana, Albania, fue seleccionado por la Fundación City Mayors como el alcalde más destacado del mundo en 2004, seguido por Andres Manuel López Obrador, alcalde de Ciudad de México. En ambos casos, su eficiencia les ganó tanta popularidad que el primero fue electo primer ministro de Albania en 2013, mientras que el segundo resultó elegido presidente de México en 2018.
En conclusión, este próximo domingo es crucial elegir líderes que estén comprometidos con una gestión eficaz y responsable del territorio, que trabajen por el bienestar de sus comunidades y que estén preparados para enfrentar los desafíos con visión, empatía y habilidades gerenciales sólidas. En cada localidad, ojalá se elija la mejor visión y no el mejor video, la propuesta más acabada y no la “encuesta” más manipulada, el mejor gerente y no el nuevo “influencer”.
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