PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

La crisis de la Compañía de Jesús en España

Después del Vaticano II (1962 - 1965) hubo católicos que no aceptaron sus propuestas y reformas. Jesuitas inconformes con el Vaticano II, también rechazaron que la orden se reformase según el Concilio. No faltaron grupos minoritarios de jesuitas que con “imprudencia y superficialidad” rechazaban toda la tradición y escandalizaban criticando públicamente la doctrina oficial de la Iglesia. Los que rechazaban el Vaticano II y su aplicación a la Compañía hicieron llegar hasta el Papa sus denuncias amargas “antes y durante la CG 31 (1965 - 1966).”

El 9 de enero de 1969, un grupo de 18 jesuitas españoles dirigió a sus superiores un documento “muy crítico sobre el estado de la Compañía de Jesús”. Sus quejas: “ la debilidad del gobierno de Arrupe, la libertad de opiniones que se traduce en desobediencia e insubordinación doctrinal de los jesuitas y pérdida del espíritu religioso por la secularización de las costumbres.” Terminaban pidiendo que se les permitiera “ vivir en régimen aparte, restaurando el estilo de vida anterior a la CG 31”.

Enterado del documento, Paulo VI consultó al Cardenal Tarancón quien recomendó desestimar esa solicitud, pues las mismas quejas “serían replicables en muchas congregaciones y diócesis.”

Por su parte, el Cardenal Morcillo, actuando por cuenta propia, sin “mandato” de la Nunciatura de Madrid ni de la Santa Sede envió a los obispos españoles las quejas de este grupo jesuita inconforme pidiéndoles que reaccionaran confidencialmente.

Los siete superiores provinciales de España al conocer esta gestión del Cardenal Morcillo escribieron al Papa y al General de la Compañía renunciando a sus cargos, pues entendían que el Presidente de la Conferencia Episcopal había “vulnerado injustificadamente la confianza mínima para ejercer como superiores.” Estalló la crisis.

La Santa Sede les comunicó al P. Arrupe y asesores que pensaba nombrar una comisión que estudiase la situación. Arrupe respondió que, esa comisión paralizaría a la Compañía en España por largo tiempo y enredaría el funcionamiento de la orden.

Arrupe sostuvo una entrevista personal con el Papa, a raíz de la cual, el Secretario de Estado, escribió al P. Arrupe y los Provinciales españoles pidiendo que el General interviniera.

Arrupe escribió a todos los jesuitas españoles insistiendo en que el Papa apoyaba la renovación interna de la orden. Arrupe viajó a España en mayo de 1970.

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