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PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Paulo VI y las nubes negras en el cielo jesuítico

Recién electo, Pedro Arrupe tuvo una entrevista personal con Paulo VI el 17 de Julio de 1965. Le acompañaban sus asistentes. El papa le comunicó al General de los jesuitas un resumen de las quejas recibidas que M. Viana resumió así en el artículo que vengo comentando: “la renovación interna se hace a costas de la vida interior y el orden externo de la vida religiosa; están dejando de ser <<“los de antes>>; no se ve continuidad entre el carisma histórico y los apostolados modernos; se ha debilitado la fidelidad y la obediencia a la Santa Sede, especialmente entre los jóvenes; los jesuitas deben obedecer incluso cuando no comprendan los motivos de lo que se les manda”.

Dentro de la Iglesia católica existían católicos que se sentían incómodos con las reformas eclesiales aprobadas en el Vaticano II. Les parecía que les habían cambiado la Iglesia. También dentro de la Compañía de Jesús existían jesuitas que compartían esta manera de sentir y ahora contemplaban asustados los cambios de la Congregación General XXXI que habían renovado la Compañía en una dirección que no aceptaban. Añádase a esto, el malestar causado por la “imprudencia” de algunos jesuitas y la superficialidad de otros que no se medían para alardear de su rechazo de toda tradición y usos pasados, al paso que criticaban la doctrina oficial de la Iglesia. Eran un grupo minoritario pero causaban un escándalo mayúsculo. En este contexto, este grupo de jesuitas anti Vaticano II denunció amargamente ante quien quiso oírlos esta conducta. Las quejas llegaron a Paulo VI antes y durante la Congregación General 31.

Así se entienden mejor las palabras del Papa a los jesuitas de la Congregación General 31 el 16 de noviembre de 1966, “la víspera de su clausura”. El papa “el Papa se lamentaba por -rumores y voces referentes a vuestra Compañía- que han llegado a sus oídos y -no podemos ocultar nuestro estupor y nuestro dolor por algunas de ellas-. Preocupaba al Papa el vigor que dentro de la CG 31 habían mostrado las tesis más aperturistas y temía por un menoscabo futuro de la vida religiosa y obediencia de la Orden. Sin embargo, al final del discurso, el Papa responde a esos rumores y voces: “¡Sí, a vosotros se os mantiene nuestra confianza!”

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