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Triquiñuelas Vs realidades

Trajano Vidal Potentini ganó las elecciones a la presidencia del Colegio de Abogados. Así lo proclamó la comisión electoral del gremio. Potentini sumó el 48,73 % de los votos, frente al 45,96% que logró Johan López, su más cercano rival.

Esa sumatoria no resiste ninguna discusión. El que más votos obtiene, gana. Y eso fue lo que obtuvo Vidal Potentini, y por tanto ganó.

Ahora se quiere desconocer esa victoria porque el oficialismo, que apoyó con toda su fuerza a López, incluyendo la monetaria, se resiste a asumir que alguna de sus posiciones puede ser derrotada.

Unos creen que ‘al poder no se le gana’. Otros no ‘entienden’ cómo perdieron, tras una inversión tan cuantiosa, incluyendo la confesada por el candidato que admitió públicamente ‘aportes’ millonarios que recibiera para que ‘rompiera’ una alianza de la oposición contra el oficialismo.

El apresuramiento en proclamar ganador del oficialismo, hecha por altos dirigentes del partido de gobierno, incluso del alto funcionarato cuando aún se contaban los votos, fue una muestra del refajo. Echar para atrás, les es más complicado por lo que surgen las triquiñuelas acostumbradas en el país cuando se pierde un certamen y se grita ‘fraude’, como pretendida justificación.

El que va a unas elecciones tiene dos opciones: ganar o perder. Y no cabe dudas de lo ocurrido en el Colegio de Abogados.

Trajano Vidal Potentini tiene ante sí, ahora, la obligación de salvar la cara del Colegio de Abogados de la vergüenza pública en que lo han sumido los perdedores de marras. Un hombre de recias convicciones, personales y profesionales como Trajano Vidal Potentini, puede hacerlo. Los otros, que admitan su derrota.