EL BULEVAR DE LA VIDA
El tirano vengador contraataca
Ojalá y hubiese sido el loco de la canción de Sabina, quien el sábado “llegó con su espada de madera y zapatos de payaso a comerse la ciudad”, pero no. Se trató de uno de los tantos efectos negativos del cambio climático; ese tirano vengativo que provoca el aumento de la temperatura global y sus efectos terribles: olas de calor inesperadas, inundaciones que parten en dos los archivos estadísticos, incendios devastadores como nunca, ciclones tropicales donde sea.
Por eso, en noviembre del 2022 llovió el doble de lo que marcaron las estadísticas de ese mes en 2021, las lluvias de este noviembre duplicaron las del 2022, y todo indica que cada vez será peor.
Es el mundo patas arriba y el humano irresponsable, “dándole pa’ bajo” al planeta.
Cada vez son más frecuentes las olas de calor, mayores las inundaciones y peores las sequías, pero los ciudadanos miran hacia otro lado, negados a escuchar las advertencias reiteradas de los gobiernos, que sin declarar el “Estado de Excepción”, que requiere la aprobación del Congreso, no pueden prohibir su libre circulación. (La libertad es un derecho fundamental que debería ir acompañado de la responsabilidad de asumirla, pero no.)
Lo ocurrido el pasado sábado en el paso a desnivel de la Av. 27 de Febrero y Máximo Gómez es la suma de todos los descuidos, el agua marcando sus dominios. Ahora sabemos que en 1999, el CODIA advirtió de la desgracia y recomendó a la Secretaría de Obras Públicas reemplazar el muro lateral norte reconstruido del paso a desnivel de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, y subrayó la necesidad de reformular el drenaje pluvial del paso desnivel “porque las paredes podrían ceder con todo”.
Las recomendaciones de 1999 son las de ahora mismo. Se trata de arriostrar, o sea, “colocar vigas de cemento de forma oblicua para asegurar todo el armazón”, como se hizo luego en los pasos de desnivel de las avenidas 27 de Febrero con la Dr. Defilló, Carmen Mendoza de Cornielle, Núñez de Cáceres y Privada.
Acaecido el robo de la muerte… llega entonces el candado del lamento.
Dónde está la falta, en quienes diseñaron, en quienes construyeron o en quienes debieron supervisar luego de las advertencias de enero de este año, sabiendo como sabe que el cambio climático está aquí para quedarse implacablemente….
El país espera investigaciones, explicaciones y, sobre todo, sanciones.