enfoque

Dicotomía tarifaria de la electricidad

Por Las tarifas eléctricas procuran generar los recursos necesarios para el mantenimiento, expansión y modernización de la infraestructura de generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica. En el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) la transmisión y distribución, monopolios naturales, están regulados. Por eso, la Superintendencia de Electricidad (SIE) autoriza el Peaje de Transmisión, y el Valor Agregado de Distribución (VAD) para el segmento que interacciona con el cliente. La tarifa, en consecuencia, debe reflejar todos los costos asociados a su suministro.

Sistema energético. El pacto eléctrico está pendiente.

Sistema energético. fuente externa

El Estudio Tarifario contratado por la SIE en 2019 a la firma argentina BA Energy Solution definía una “estrategia tarifaria de transición” que implicaba un incremento de la tarifa media de EdeSur de 28.8% (US$17 a 21.9 cents/kwh), 51% para EdeNorte (US$ US$15.9 a US$24/cents/kwh) y 40.6% para EdeEste (US$16 cents/kwh a S$22.5 cents/kwh); en base a esto la Tarifa Técnica del Pacto Eléctrico estima un VAD con i) pérdidas de un 15%; ii) cobranzas de un 97%; y iii) 10% la relación gastos operativos/ingresos, entre otros.

A los fines de alcanzar unas empresas distribuidoras autosostenibles y con un adecuado nivel de calidad del servicio. Como, por ejemplo, el del Consorcio Energético Punta Cana Macao (CEPM) que suple en la zona turística del este del país con unos niveles de calidad de servicio de reconocido standard internacional, reflejados en un SAIFI –promedio anual de la frecuencia de interrupciones por cliente- de 2.98 y un SAIDI –promedio anual de duración de las interrupciones por cliente- de 1.73 durante el 2022. Los cuales, ni siquiera son comparables con los parámetros mínimos establecidos en la Resolución SIE 066-2016 de la Superintendencia de Electricidad de 620 interrupciones y 520 horas de duración al año, respectivamente. En otras palabras, 2.98 apagones en CEPM vs. 620 apagones al año en las EDEs, con una duración de 1.73 horas al año en CEPM vs. 520 horas al año en las EDEs.

Un aspecto que explica esta diferencia tan abismal en relación a la calidad del servicio es el relativo al nivel de pérdidas y de cobranza del 15% y el 97%, respectivamente, establecidos como un aspiracional en el Pacto Eléctrico, pero que, actualmente rondan el 42% (21% Edesur, 32% EdeNorte y 51% Edeste), lo cual le ha generado pérdidas financieras de cerca de US$600 millones en este semestre. Valores que contrastan con 4.65% de pérdidas y 110.9% de cobranzas que presenta CEPM en relación a su gestión de comercialización y distribución de la electricidad durante el 2022.

La ley le reconoce a las EDEs a través de la tarifa el Valor Nuevo de Reemplazo (VNR) o sea, el costo de renovar su infraestructura (equipos, maquinarias, instalaciones, etc.). Por otro lado, sus gastos operativos (OPEX) duplican el 10% aspiracional. En consecuencia, estas empresas no generan suficiente efectivo para cubrir sus gastos corrientes, que tienen que ser cubiertos través de los subsidios al sector eléctrico que al 2022 alcanzaron los US1,803 millones, cerca de US$1,500 millones al cierre del 2023 y RD$86,000 millones (US$1,500 millones), el 87%, de los RD$99,000 millones de subsidios generales contemplados para el 2024.

Por tal motivo el Superintendente de Electricidad, precisaba que el sector, para su rehabilitación, requería inversión de alrededor de UD$1,600 millones en un período de 6 años (unos US$300 millones por año). Algo evidente ya que estas empresas no generan ni para cubrir sus gastos corrientes, y por supuesto, que sin solvencia financiera ni ser sujetos de crédito, tampoco podían haber invertido el gasto de capital (CAPEX) aprobado en la tarifa como Valor Nuevo de Reemplazo.

Y esto es doblemente grave porque los Usuarios Regulados del SENI hemos estado financiando a través de la tarifa unas inversiones de capital que sin embargo no se han realizado, y a través de nuestros impuestos, el subsidio anteriormente mencionado.

Y aquí estriba la dicotomía tarifaria. Pues mientras nuestras EDEs dependen del erario para cubrir los déficits financieros derivados de su ineficiencia gerencial, sin realizar las inversiones de capital que la tarifa le financia, profundizando el deterior del sistema eléctrico, cuya demanda crece continuamente por el crecimiento vegetativo de la población y el PBI, lo que se refleja en los bajos niveles de calidad de servicio ya enumerados, por otro lado, tenemos una concesionaria eléctrica (CEPM) financieramente autosuficiente, con niveles de calidad de servicio reconocidos internacionalmente fruto de oportunas inversiones de capital en tecnología e infraestructura física, que le ha permitido garantizar a sus clientes un elevado nivel de satisfacción y confiabilidad del servicio. Y no sólo en el día a día sino hasta en circunstancias extraordinarias como con el paso del Huracán Fiona que, en menos de 72 horas restableció el servicio en toda su zona de concesión.

En conclusión, a las EDEs le pagamos un servicio caro e ineficiente que sangra el presupuesto nacional, mientras que los clientes de CEPM pagan por un servicio eficiente, con calidad de servicio y alta confiabilidad. Repliquemos los ejemplos exitosos, no los dañemos ni imitemos los cangrejos.

ExSuperintendente Electricidad