Tribuna del Atlántico

El complejo ajedrez de la crisis con Haití

De muchachos crecimos admirando las hazañas de los jugadores de ajedrez de la época, el norteamericano Bobby Fisher y los rusos, Anatoli Karpov y Garri Kasparov.

La preeminencia de los ajedrecistas rusos, era para algunos de nuestra generación un indicativo de que Rusia se convertiría en la potencia dominante del mundo, no fue así, porque en el juego político intervienen otras variables y la llegada de Gorbachov, la caída del muro de Berlín, dieron al mundo otra perspectiva.

Hay quienes han calculado en términos numéricos el grado de complejidad del juego ciencia, Claude Shannon, lo estableció en 10,120, hoy con niveles más precisos de cálculo de establece en 10,123 al estimar el número de jugadas posibles por la cantidad de opciones.

Las decisiones políticas probablemente tengan en algunos momentos, mucho menos nivel de complejidad que en el ajedrez y en otros momentos, igual que este.

Ya decíamos en, “Buena racha para el gobierno”, que los hechos que se ponían en evidencia con la anunciada renuncia de don Fernando Capellán de APEDI, no parecían buenos y que había que ver el impacto de la decisión en el comercio transfronterizo más allá de pollos y huevos, eso así porque el Gobierno ha acudido en auxilio de los productores avícolas del país.

Ahora que, el ajedrez de la crisis con Haití nos presenta una jugada por parte de ellos, que probablemente no era la prevista, al negarse a abrir su frontera, cuando lo hemos hecho nosotros, a pesar de que no se ha cumplido la condición que el mismo presidente puso, que era el cese de los trabajos de construcción del canal, se evidencia que el ajedrez no era tan simple. Que de hecho es mucho más complejo de lo que habíamos pensado.

Es verdad que Haití necesita suministros en una economía que no produce lo necesario para sus necesidades básicas, es verdad que somos el mercado natural por la cercanía, pero también es verdad que debe haber 5 o 6 países del Caribe, a los cuales pudiera interesar ese mercado en rubros que siempre hemos suplido desde aquí.

También es cierto qué hay sectores de la economía fronteriza que tienen capital y mercados alternos para sus productos y otros que dependen exclusivamente del mercado haitiano, para esos el impacto económico de la actual crisis es devastador.

El ajedrez se complica aún más por el componente político que a ambos lados de la isla tiene la presente crisis, donde es evidente que sectores de Haití buscan, como aquí, ganar capital político, lo que ha despertado unidad y nacionalismo en el lado este de la isla. El ministro de Industria y Comercio afirmó que 100 mil haitianos han salido voluntariamente del país y destaca la implementación del registro biométrico, una buena iniciativa sin dudas. Pero, ¿lograremos controlar el retorno de esos 100 mil, “y un chin más”, como diría el señor Cavada, por los otros puntos de entrada no oficiales, por donde siempre lo han hecho, cuando la marea baje, y que dependen de un “cariñito”, al guardia de turno..

Como se puede ver, una acción política que ha redituado positivamente en la imagen del Gobierno, comienza a presentar para este y para el país, el reverso de la moneda.

Aún es temprano para saber si el balance neto será de beneficio o no para el país y para el partido gobernante.

La moneda está aún en el aire, no sabemos si será cara o cruz, faltan por hacer, algunas movidas de un ajedrez complejo.