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TESTIGO DEL TIEMPO

Rebelión de las bases

En los dos principales partidos, el Revolucionario Moderno (PRM) y de la Liberación Dominicana (PLD), las bases se rebelan contra sus todopoderosos jefes. Muchos peledeístas creen que su candidato presidencial, Abel Martínez, es un títere del ex presidente Danilo Medina.

El doctor Humberto Salazar, un balaguerista redimido como peledeísta, recién fue expulsado del PLD “deshonrosamente y de por vida”, porque criticó la candidatura de Martínez. No aceptan disidencia. Muchos peledeístas reclaman alianzas para garantizar el triunfo, pero entienden que a Medina simplemente no le interesan.

Quizá Medina ordene una “purga” contra los disidentes. Cuando los jefes se sienten amenazados, recurren a casos extremos para restablecer su autoridad absoluta. Algunos peledeístas dicen que retirarán sus candidaturas si no hay alianzas. Si Medina hace las alianzas, puede caer preso por amenazar la reelección del presidente Luis Abinader.

Abinader tiene su cuota de dificultades dentro del PRM. A nivel nacional alegan que hubo irregularidades en las encuestas para escoger candidatos a senadores y diputados. Abinader no escogió los actuales legisladores, ahora quiere armar su grupo para garantizar control absoluto del Congreso, el ejecutivo y el partido, quizá así, finalmente quedará satisfecho.

Existe mucha inconformidad a interno del PRM. Hay gente que ha invertido fortunas en una candidatura y al final la “ganan” otros que nunca hicieron vida partidaria. Ese descontento, sumado al de la gente que vive del comercio fronterizo con Haití que ahora pierde dinero, le complica más las cosas al presidente.

Parece que a Medina se le hace tarde como jefe del PLD y Abinader llegó tarde a la posición de jefe partidario porque esa figura está muriendo. Estamos asistiendo a una rebelión de las bases. “Los de abajo” se levantan contra los jefes partidarios que lo controlan todo.

Por otra parte, el expresidente Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo, espera capitalizar los descontentos del PLD. Algunos dicen que él instiga los llamados a alianzas.

Si los jefes mantienen control, nadie tendrá importancia. Si “los de abajo” se levantan, caerán los de arriba.