EL BULEVAR DE LA VIDA
El anillo domínico-haitiano de la Dra. Affleck
Uno admite que está rozando la necedad, planteado una vez más lo mil veces planteado, pero el drama no es para menos. Hablo de un conflicto histórico y complicado, agravado porque nos enfrentamos a un gobierno que en los hechos internos es virtual y ficticio, porque que no tiene control de su territorio ni la exclusividad de la violencia en él, secuestrada la voluntad y la palabra de su presidente por las bandas delincuenciales que cogobiernan el país.
En ese contexto es bueno dejar aclarado aquí que, así como “no es lo mismo Dios que su santo”, no es lo mismo el noble pueblo haitiano que su impresentable gobierno, lo que dificulta el análisis, pues uno vive atrapado en los buenos deseos hacia esa nación que en la América morena y mestiza inauguró la libertad, hacia quien no puede tener el pueblo dominicano más que agradecimiento, como ocurre con los obreros mexicanos en Estados Unidos, los dominicanos en las factorías de New York, los extremeños y andaluces construyendo Cataluña en las Españas.
Vuelvo a “rizar el rizo ya rizado”, porque el pasado lunes nuestro gobierno tomó una serie de medidas (habilitación de corredores comerciales, fondos para un programa de mecanización agrícola, cierre migratorio, reforzamiento de la militarización de la frontera, suspensión de entrega de visas), que nos ha retornado a la cita más divulgada de todos los textos escritos por la doctora Jennifer López de Affleck: “¿Y el anillo pa” cuándo?
Para cuándo lo fundamental, para cuándo la eliminación de las mafias que traen indocumentados, cuya existencia y operación quita todo sentido y efecto a las medidas contra la inmigración ilegal, pues ellas lo único que hacen es encarecer el servicio.
Para cuándo la regularización de los obreros haitianos fundamentales para la producción nacional, según líderes de los sectores. Para cuándo la declaración de la contratación de indocumentados como un crimen de lesa patria, que desde el canciller Álvarez hasta el experto Espinal Báez, de Harvard, recomiendan.
Para cuándo, sí, para cuándo la organización de un país sin inocentes, atrapado en una arrabalización institucional y un cinismo populista y multicolor, que le impide enfrentar unos históricos desafíos que más temprano que tarde pondrán en peligro su paz, su democracia, lo mucho o poco que entre tropezones y alguna páginas gloriosas hemos avanzado… Y llega el invierno.