TESTIGO DEL TIEMPO
"El cambio sigue"
En el alfabeto chino, la palabra crisis se representa con dos caracteres: uno significa dificultad; el otro, oportunidad. Los grandes líderes aprovechan las grandes crisis para promover las grandes transformaciones.
El presidente Luis Abinader magnificó la crisis con Haití, cerrando y militarizando la frontera. Ahora no puede abrirla, ni mantenerla cerrada. Y propone una gran transformación, para beneficiar a los grandes capitales.
Mecanizar la producción agropecuaria requiere muchísimo dinero, desplazará a los pequeños y medianos productores que no podrán comprar esos costosísimos aparatos. ¿Quién podrá pagar los precios de esos alimentos producidos a costos altísimos?
Los precios de los combustibles aumentan, y Abinader propone gastar más dinero en petróleo mecanizando la agropecuaria. ¿Qué del cambio climático, energía verde, CO2 y esas cosas?
Faltarán robots albañiles, para la construcción, y robots “guachimanes” para los edificios de apartamentos. Si el proyecto presidencial se materializa, avanzará la “corporatocracia”, todo para las corporaciones, nada para nosotros.
Si Abinader triunfa, ¿qué harán los haitianos desempleados, y los productores agrícolas dominicanos desplazados por la “corporatocracia”?
Aumentará la delincuencia.
El registro biométrico solo beneficiará al gran capital. ¿Lo usarán con los haitianos, y los turistas? Los blancos europeos llegarán, abriremos las puertas y le pondremos alfombras rojas, cuando entren haitianos, los pocos que puedan, estarán sujetos al registro biométrico. Y quien sugiera o infiera que hay “discriminación” contra los vecinos, sin duda es “enemigo de la patria”.
Abinader magnifica a nivel nacional, la política anti-haitiana pueblerina que Abel Martínez implementa en Santiago, pero nadie detendrá la migración, un instinto de sobrevivencia ancestral entre humanos.
La militarización buscaba dar la impresión de testosteronas políticas pero Abinader no se atreve a decirle al pueblo la verdad, que nadie nunca detendrá la migración. No se atreve a decirle al país que él es presiente, porque su familia emigró del Líbano a República Dominicana, curiosamente, vía Haití. Tras la militarización, Abinader rehabilitó un canal que Trujillo construyó, mutiplicará la riqueza de los ricos y la pobreza de los pobres, falta más. “El cambio sigue”.