Trazada la “Raya Abinader”

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Con la seguridad nacional expuesta a profundos riesgos por la situación de violencia e ingobernabilidad de Haití, la defensa de nuestra soberanía se convierte, ahora, en una política de alta prioridad para el país.

Los límites a lo que es intolerable y nocivo para esa soberanía han comenzado a definirse en la “Raya Abinader”, esbozada ayer en un conjunto de acciones aprobadas por el Consejo de Seguridad Nacional.

El cierre parcial del paso migratorio de Dajabón, uno de los más importantes de toda la frontera, es la primera acción de desaprobación y advertencia frente a los planes de grupos poderosos haitianos de abrir un canal derivador de las aguas del río del mismo nombre.

Esa sola acción, llevada a cabo con desafiante actitud por esos grupos haitianos, representa un atentado directo contra la economía regional, violando a la vez un tratado de paz y amistad de más de 80 años.

En paralelo con esta denuncia sobre la violación de ese tratado, el gobierno dominicano ha dispuesto la suspensión de emisiones de visas a los haitianos, prohibición de entrada de los responsables de la ilegal obra y advertencia de un cierre general de la frontera.

Para validar esta radical y responsable acción diplomática, el presidente Abinader ha dispuesto elevar el nivel de concentración de tropas a todo lo largo de la línea divisoria, desde el momento mismo en que entre en vigencia el cierre general.

Frente a la grave provocación haitiana, la República Dominicana tiene que mostrar claramente sus músculos militares y diplomáticos para influir en una solución del conflicto, sin que tengamos que llegar a respuestas punitivas más duras.

Con el agravamiento de la situación interna de Haití, donde predomina un vacío de poder, las posibilidades de una intervención de fuerzas extranjeras son más objetivas.

Si se materializa, como luce inevitable, la “Raya Abinader”, trazada ya, puede resultar en el escudo o blindaje de la soberanía y de la seguridad nacional a la hora en que las fuerzas centrífugas de la violencia armada hagan impacto en la frontera.

Es más imperativo, y se justifica en estos momentos, desplegar equipos militares blindados, más apoyo aéreo y marítimo y más tropas frescas para garantizar que si la frontera se cierra el jueves, el efecto disuasivo sea mayor.

La patria necesita que sus fuerzas de protección estén ahora en su punto máximo de alerta para que la “Raya Abinader”, que es la esencia de la defensa de la soberanía, se mantenga inquebrantable.

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