el bulevar de la vida
La sorpresa mejor guardada
Balaguer sobrevivió a 31 años de dictadura; cinco años después llegó a la Presidencia de la República. A pesar de su juventud, en 1996 Leonel Fernández era ya un político curtido en las lides partidarias, con 26 años de militancia política y una sólida formación en relaciones internacionales y sociología de la comunicación. Para las elecciones del 2000, hacía 18 años que Hipólito Mejía había sido considerado el mejor secretario de Agricultura de la democracia. Para no hablar de un Danilo Medina que en el PLD “conocía al cojo sentado y al ciego durmiendo”, y 18 años antes de dirigir el país había sido presidente de la Cámara de Diputados.
Veintidós años antes del 2020, el jovencito Luis Rodolfo era apenas el hijo del doctor José Rafael Abinader. Sin embargo, hoy, incluido sus adversarios, es considerado el secreto mejor guardado del PRD que es ya el PRM. Abinader Corona comenzó a enviar señales de ruptura con el modelo tradicional de ejercer el poder, con el uso de las redes sociales, especialmente con sus “Tuits Decretos” con los que sorprendió nombrando a su gabinete, antes de ser gobierno. Luego sorprendería con una agenda de trabajo que promedia más de una actividad pública por día, y le acercó como nunca antes otro mandatario al resto de los ciudadanos. Con el WhatsApp como arma de reglamento, sus cercanos admiten que rinde más que una sopa de pobres y supervisa con más rigor que un suegro celoso.
Hace poco, a todo riesgo asumió personalmente los esfuerzos gubernamentales contra la delincuencia y por la reforma policial. El domingo 13 volvió a sorprender al país, al anunciar a través de sus redes la decisión de repostularse. Si algo faltaba, acaba de anunciar “La Semanal con la Prensa”, un espacio de diálogo en vivo, con periodistas que cubren la fuente y líderes de opinión. Todo sin censura, filtros ni medias tintas. ¡Ojalá y así sea!
Del estilo presidencial hablaremos otro día, pero queda aquí el mensaje al resto del liderazgo político nacional, al que va de paso y al que está llegando: También en comunicación política el futuro fue ayer.
En la sociedad de la información en que vivimos, la transparencia, la accesibilidad hacia los gobernados (incluida la prensa), el pragmatismo en las decisiones, la capacidad para adaptarse a distintos escenarios y especialmente el saber escuchar, son características fundamentales para gobernar.