Desde mi pluma
“Sonríe, eres joven”
Algunos psicólogos lo catalogan como “la crisis de los 20”, algunos consideran que se trata de ceder a “la presión social”. Ya sea lo uno o lo otro, lo cierto es que, al joven, ya sea en República Dominicana, como en cualquier nación del mundo, se le exige mucho incluso hasta más de lo que está en condiciones de dar.
Debes estudiar, terminar una carrera, pero no cualquier carrera, sino una “que deje dinero” porque “la cosa está mala”. Debes conseguir un trabajo, de lo que sea, porque al que aspiras debes tener mínimo cinco años de experiencia, aún califiques con el perfil y mientras trabajas allí debes ser agradecido porque aunque no te guste donde estás “muchos matarían por esa oportunidad y tienes que sentirte afortunado”, debes especializarte, , hacer una maestría porque, bueno, eres joven y “necesitas más preparación”.
Y ni hablar de tu vida personal, debes ir pensando en casarte, en formar familia, comprar una casa o un vehículo, pero también debes ejercitarte, estar siempre arreglado y sonreír sin quejarte, porque repito, “eres joven y cuando eres joven no puedes estar cansado ni tener problemas tan grandes”.
No debes perder el tiempo en tonterías pero tampoco debes pasarte todo el día en el trabajo. Debes tener claro tu futuro aunque no sepas muy bien tan siquiera lo que harás mañana.
Debes ser y hacer tantas cosas que te pierdes. Es agotador ese estilo de vida, pero, ¿cómo revelarte ante un patrón social tan normalizado?
Tener entre 20 y 30 años no debería sentirse como “el periodo más determinante de tu existencia”, sino más bien como un tiempo para experimentar, conocerse, plantearse metas y replantearse otras, caer y levantarse, ir tras lo que realmente se quiere y dejar detrás lo que no, sin que haya nada ni nadie midiendo cada una de tus decisiones con ojos acusadores.
Supongo que esa es la belleza de ser joven, si hoy no funciono, si hoy no lo conseguí, si hoy me di por vencido, si hoy no quiero estar aquí, siempre, pero siempre habrá un mañana.