Desde mi pluma
Dos pesos de agua
Creo que aún no entraba al bachillerato la primera vez que lo leí. “Dos pesos de agua”, obra escrita por Juan Bosch es uno de mis cuentos favoritos de la infancia, uno de esos escritos que trascienden en el tiempo y que no puedo evitar rememorar cada vez que ocurren periodos de fuertes aguaceros, como los vividos esta semana con el paso de la tormenta tropical Franklin por el territorio nacional.
El cuento escrito en 1937 narra la historia de Remigia, una mujer pobre que vive en la comunidad de Paso Hondo. Remigia está desesperada por el agua, ya que su pueblo está en medio de una sequía.
Una noche, tiene un sueño en el que se le aparece un ángel que le dice que si quema dos velas en su altar, recibirá “una lluvia de agua”. Remigia despierta y, creyendo en el sueño, quema las velas. Tiempo después , comienza a llover torrencialmente. La lluvia es tan fuerte que destruye la casa de Remigia y mata a su nieto.
La mujer deseaba agua con tanta intensidad que estaba dispuesta a arriesgar todo, incluso su propia vida y la de sus seres queridos.
"Dos pesos de agua" es una historia sobre la codicia y las consecuencias de los deseos excesivos.
En la actualidad, esta moraleja sigue siendo relevante.
En un mundo donde la codicia parece ser cada vez más común, es un recordatorio de que debemos tener cuidado con lo que deseamos.
El cuento también se puede leer como una crítica social. Bosch utiliza la historia de Remigia para denunciar la desigualdad social y la escasez de agua en los pueblos pobres.
El hecho de que Remigia tenga que recurrir a la magia para obtener agua es una señal de la desesperación de las personas que viven en condiciones de pobreza.
Siempre es propicio el momento para reiterar la reflexión y para recomendar una buena lectura.