Merecida y necesaria

Según la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos (33-18), el presidente Luis Abinader tiene hasta el próximo 17 de agosto para decidir si aspira o no a un nuevo mandato. 

Esto porque su artículo 50 manda a que las entidades políticas depositen en la Junta Central Electoral a más tardar 45 días previo a las primarias, el listado de los aspirantes a cargos de elección popular.

Es decir que máximo en 10 días Abinader tendrá que definir sobre ese tema que es fundamental en el tablero político porque define las estrategias a tomar tanto para el sector oficialista como para la oposición.

Una decisión que si bien es eminentemente personal, cuenta con la fuerte presión de sus seguidores que dando por seguro que obtendría la nominación, sostienen que la candidatura de Luis es, primero merecida, y segundo, necesaria. 

Para nadie es un secreto que el presidente Abinader ha tenido que gobernar un país bajo los efectos de una crisis de manufactura externa. Desde el Covid-19, con sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales, hasta las repercusiones de la guerra de Rusia y Ucrania, la realidad nacional -y el gobierno- ha cargado pesado. 

No obstante, el mandatario ha sabido sortear adecuadamente el difícil temporal, por lo que es merecedor de una nueva oportunidad para poder desarrollar un plan de gobierno en condiciones normales. 

Y por el otro lado, su postulación se hace necesaria para el Partido Revolucionario Moderno porque, y como dicen todas las encuestas, Luis Abinader es su mejor ficha, con números muy por encima incluso de los del colectivo, y el que con una oposición decidida y envalentonada, no ganaría con cualquiera.