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EL BULEVAR DE LA VIDA

Las miserias de la Real Politik más dos axiomas

Tal que, el pasado martes uno terminó afirmando que en el poder acumulado por la OTAN a lo interno del PLD, y en los expedientes judiciales del Ministerio Público (y aún no filtrados a los amigos de turno de la prensa), posiblemente está la explicación de la carta de pública renuncia de Francisco Javier García, como coordinador general de la campaña de Abel Martínez.

Lo cierto es que, así como nadie ha entendido todavía (el tiempo tarde o temprano habla) por qué en 2020 Danilo Medina prefirió como candidato presidencial a Gonzalo Castillo sobre todos los demás, incluido un Andrés Navarro de todos sus afectos y excelente experiencia de Estado, así, de igual manera, ahora tampoco se entiende muy bien el afán de cierta cúpula del PLD por lograr el fracaso de una candidatura, incluso antes de que sea oficial.

La carta de Francisco Javier es una oda al olvido.

Como un poema de León Felipe pero más triste.

Hablo de soltar en banda a un candidato, y hacerlo, además, con cuchicheo público que, como los cuernos es lo que fastidia.

Los hechos evidencian que en la oposición el PRM aprendió del PLD la manera en que se le entra el agua al coco, como aprendió del profesor Euclides Gutiérrez Feliz que el poder es para usarlo… y los archivados expedientes judiciales de dirigentes del PLD y de la Fuerza del Pueblo… también.

Es verdad que las formas de Abel Martínez no han ayudado mucho. Que no ha sido humilde en su victoria, negado a “barrer pa’ dentro”, axioma aún no escrito en las ciencias políticas y la comunicación estratégica.

Quién puede negarlo: Sin alianzas no hay victoria, es cierto. Pero con un establo político, con una candidatura peledeísta repleta de caballos de Troya, en la finca peledeísta solo puede haber derrotas. Esto lo explica mejor que Chomsky la sabiduría popular: “así no hay pollo que llegue a gallo”.

Entonces, no tengo dudas (y aquí viene otro axioma): Mientras más conozcas las miserias de la Real Politik, más querrás a tu perro… y a la vecina.