Desde mi pluma

Un respiro

Alicientes. Es lo que urge en la sociedad. Esto es en lo que concluyo cuando en cada espacio público en el que me encontraba en los últimos días escuchaba a las personas quejarse de lo abrumados que se sienten por tantos hechos trágicos y violentos sucediendo a su alrededor.

Y los entiendo, porque una de las hieles de nuestra profesión es dar las malas noticias, esas que nadie quiere contar y nadie quiere leer porque drenan, agotan, desesperanzan.

Esta semana, como muchas otras, lamentablemente, el país se conmocionó con múltiples casos relacionados a feminicidios, asesinatos y violencia de género.

También pasaron cosas buenas, pero siempre hacen más ruido las latas vacías que las llenas. Como las de los funcionarios con sus “dimes y diretes”, haciendo evidente que ni por ahí se puede respirar.

Ojalá ese mismo gobierno y su oposición preste atención al clamor de la población, al clima de desasosiego e inseguridad en el que vivimos desde hace mucho, pero mucho tiempo y noten como en medio de esta avalancha de noticias desalentadoras los ánimos de la poblacion se diluyen haciendo cada día más difícil creer en “mesías políticos”.