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panorama político

Presidente Cámara de Cuentas “entre las patas de los caballos”

El presidente de la Cámara de Cuentas, Janel Ramírez está entre las patas de los caballos, donde una “troica” femenina le hace la vida imposible, al punto que el joven profesional favorecido por el gobierno de Abinader, no alcanza a ver que su solución puede ser la renuncia.

Janel Ramírez indicó que quien quiera saber quien es él que vaya y pregunte en Monte Plata y que las acusaciones que le han hecho dan para Netflix.

Janel Ramírez indicó que quien quiera saber quien es él que vaya y pregunte en Monte Plata y que las acusaciones que le han hecho dan para Netflix.Externa

Ramírez no ha podido contra la voluntad de tres miembros del Pleno, la vicepresidenta Elsa María Catano Ramírez, la secretaria Tomasina Tolentino de Mackenzie y Elsa Peña Peña. Del lado de Ramírez queda el otro miembro masculino, Mario Arturo Fernández Burgos. Llevan dos años cumplidos.

Como se han inventado que nadie le renuncia al presidente, Janel no tendría la excusa a manos puesto que fueron nombrados por el Senado de la República, de acuerdo con la ley, pero se cree que la presidencia del organismo colegiado se le dejó como sugerencia propia de la Presidencia del país.

Janel fue a un programa de televisión en el cual hizo un retrato grimoso de la situación de la Cámara de Cuentas, una réplica de lo que ocurrió en el pasado, cuando sus cinco miembros fueron obligados a renunciar y el Senado compelido a nombrar nuevos integrantes que a su vez tuvieron riñas.

Algunos se pusieron contentos cuando Janel llegó al elevado puesto. Era apenas un negro más que entraba en las altas esferas del gobierno. No se pensó que sería un manumiso como los de la antigüedad que eran bien pagados “por su conducta y corrección, habilidad, laboriosidad y virtudes”.

De las virtudes se encargaron de despojarlo dos abogadas del personal quienes denunciaron que el funcionario les había hecho insinuaciones indecorosas y también acoso. El joven funcionario desmintió con énfasis las acusaciones, pero por su rango, el asunto está ahora en manos de la Suprema Corte.

La maldición en CC

El miércoles LISTIN DIARIO publicó que en la Cámara de Cuentas existe una maldición. Más serio que eso, quizás derivado de la visión cabalística de los dominicanos, lo verdaderamente grave es haber denunciado que la institución opera bajo un sistema de ingobernabilidad.

Janel reveló que es “un preso de confianza” y que si hubiera sabido con anterioridad cómo se conducían las cosas en la institución, “no me habría metido en eso”. Janel se pasó de ingenuo, no averiguó bien en lo que se estaba envolviendo y siguió la noción del indiscreto encanto que da el poder.

Ahora con el nuevo escándalo de la CC los diputados están buscando como armar una acusación contra los miembros para que el Senado los destituya. Para evitar ese enorme ruido para el país, sería mejor darles la oportunidad a los cinco del Pleno para que renuncien y elegir otros nuevos.

Cuando hace poco más de dos años se presentaron muchos aspirantes a la escogencia del Pleno, surgieron nombres con sobradas credenciales como el del licenciado Roberto Martínez, quien trabajó en diversas oficinas de rango de la administración pública y a quien se le consideraba persona de calificación y honradez, pero la política estaba por el medio y fue descartado.

Los funcionarios en el presente y en todos los gobiernos pasados fueron a sus puestos, salvo excepciones, por las ventajas de buenos salarios, privilegios, yipetas con guardaespaldas y acceso a una tarjeta que permite comer en los mejores restaurantes, lo que antes no hacían de su peculio.

Algunos en los puestos de Salud Pública conocen que la gordura no es salud, pero han aumentado de peso al ritmo de almuerzos opíparos rociados con vinos. El arquitecto Francisco Pagán, ex director de la OISOE confesó a los fiscales que consumió con su staff, RD$249 mil pesos en restaurantes y bebidas.

Tal vez no hay gobernabilidad en la Cámara puesto que la presidencia de la misma es simbólica. El presidente tiene el mismo poder de voto que los otros cuatro miembros y con frecuencia lo que ha ocurrido es que de los cinco, tres se apandillan para torcer el brazo del presidente o de la presidenta.

La Cámara de Cuentas tiene mucha importancia porque de sus auditorías puede depender el prestigio o la desgracia de políticos que dirigen las instituciones públicas y los ayuntamientos. De ese poder, mal administrado, pudieran derivar ventajas y negociados que jamás se descubren o sancionan.

Como en su “cante jonde”, Miguel de Molina hace una oda a la “bien pagá”. Aquí a los funcionarios bien pagados no se les asoman la vergüenza cuando los otros comensales de restaurantes los miran por encima del hombro asumiendo que lo que consumen es con dinero público. Escasos vuelven después de la zafra.

Algunos de ahora son más prudentes. Se conforman con los “happy hours” de los restaurantes, bares y vinaterías de la ciudad. Les ponen caso a los consejos del presidente Abinader y a la embajada de Estados Unidos que anda detrás de los que tienen visas y están en malos pasos.

Licelott una excepción

La doctora Licelott Marte de Barrios, fallecida, fue una prestante dama, quizás la más experimentada mujer de estado del país por su largo trajinar en la administración pública y quien dirigió la CC en dos períodos desde octubre de 2008 a febrero de 2017. Ni ella escapó al susurro de los políticos.

Una vez sorprendió al país al revelar que la corrupción se lleva entre RD$ 30 mil y 51 mil millones por año (cifras de 2017). Más todavía, denunció que con el monto se podría fundar otra República Dominicana. Eso causó una conmoción entre medios de comunicación y analistas.

La doctora Marte de Barrios, a quien conocí desde cuando era vicecanciller en los 12 años del doctor Balaguer, fue una mujer honrada que evitó estar cerca de los bolsones de corrupción y que, pese a que estaba vinculada a la política y a políticos de esa Era y después, me dijo un día: “No creas en políticos”. Su sabio consejo casi testamentario me persigue hasta el día de hoy.

Me le quejé una que otra vez cuando la vi cargando en su vehículo con cartapacios llenos de documentos para revisar, o en la Cámara de Cuentas, con voluminosas auditorías que están en el edificio durmiendo el sueño eterno o entrampadas en las dudas de si se entregan a la PEPCA.

Ella encontró el edificio Fernández Mármol, llamado por el público El Huacalito, en total abandono; había furgones en el patio llenos de documentos viejos que al parecer nunca fueron revisados. Igual, el doctor Stepan, quien fuera ministro de Salud se sorprendió cuando encontró al llegar, furgones llenos de equipos médicos, algo que se repitió hace días.