Tasa de interés y expectativas devaluatorias
Primer Tiro
La Tasa de Política Monetaria (TPM) es el principal instrumento que usan los bancos centrales para mantener el control de la inflación. Cuando la misma aumenta, aumentan todas las demás tasas de interés, incluyendo las que se aplican a los prestamos para el consumo y la inversión, lo que reduce la demanda interna, lo que a su vez reduce la inflación. En noviembre del 2021 se inició un proceso de alza de la TPM, el cual, al mes de noviembre del pasado año, le había sumado 550 puntos básicos, permaneciendo constante desde entonces.
Según la entidad emisora “La reacción monetaria oportuna ha facilitado un aumento importante en la tasa de interés interbancaria nominal y una disminución sostenida en las expectativas de inflación, provocando que la tasa interbancaria real se encuentre más de cuatro puntos porcentuales por encima de su nivel neutral estimado, lo que contribuye a mitigar las presiones de demanda interna”. Pero el nivel de tasa de interés que reduce presiones de demanda interna no es necesariamente el mismo que satisface la demanda de rendimiento de un mercado que incorpora expectativas devaluatorias e inflacionarias, y que puede moverse internacionalmente según el diferencial de tasa de interés.
Segundo Tiro
La teoría predice que los aumentos de las tasas de interés locales a que dan lugar los aumentos de la TPM producen entradas de capitales, lo cual es consistente con lo observado al inicio del proceso de aumento de la TPM, cuando simultáneamente también se inició una reducción del tipo de cambio nominal, el cual se mantuvo ininterrumpidamente desde noviembre del 2021 hasta octubre del 2022. La estabilidad del tipo de cambio contribuye al control de la inflación, pero cuando el mismo se coloca por debajo de su nivel de equilibrio, aumenta el déficit externo, y se reduce la producción y el empleo en el turismo, las zonas francas y los demás sectores exportadores.
Pero la paralización del proceso de aumento de la TPM también revirtió el proceso de reducción del tipo de cambio, el cual esta subiendo desde octubre del año pasado, y la gran pregunta es si una tasa de interés real interbancaria con cuatro puntos porcentuales mayor a la real produce una tasa de interés nominal suficiente para contener movimientos adversos de capitales, y para compensar las expectativas devaluatorias que asoman.
Tercer Tiro
Si la tasa de interés del mercado está por encima de la tasa nominal requerida por las expectativas, entonces se debe reducir la TPM y permitir un aumento de la liquidez a través de compra de dólares, o de colocaciones de títulos por debajo de los vencimientos, y viceversa en caso de que la primera esté por debajo de la primera. Pero si el nivel actual de la TPM está por encima de la que es consistente con la tasa de interés neutral, entonces el resultado de un nuevo aumento de esta seria altamente negativo para el proceso de recuperación del crecimiento y el empleo, pero si está por debajo y se procede a una disminución, entonces el resultado final sería una rápida aceleración de la inflación y del déficit externo. El gran reto de la sintonía fina de la política monetaria es minimizar la diferencia entre la tasa de interés que reduce presiones inflacionarias, y la que compensa las expectativas.