Adorar a Dios
“Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios”, Apocalipsis 7:11.
Todo el corpus bíblico está matizado por la adoración al único y sabio Dios. La alabanza es la respuesta más coherente a la presencia de Dios.
Los salmos están repletos de adoración. Jesús motivó a la mujer samaritana a una verdadera adoración. Apocalipsis describe la alabanza en el trono de Dios y del Cordero.
La Reforma Protestante en el siglo XVI, reivindicó “Sólo a Dios la gloria”.