Chovinismo y marketing

Después que el marketing se universalizó y las fronteras desaparecieron para ciertos productos y servicios, se refinaron los gustos y el paladar de los dominicanos en algunas categorías, haciéndonos más exigentes en términos de consumo.

A partir de ese momento el escenario para competir cambió y las preferencias empezaron a estar supeditadas a los valores de los productos en términos cualitativos. Es decir, se empezó a competir en base a excelencia.

Las marcas locales que han logrado sobrevivir a este fenómeno lo han conseguido porque han formulado productos con virtudes para competir, es decir, lo han hecho en base a calidad y porque han forjado en el tiempo una sólida imagen en el mercado.

El hecho de ser marca local, pura y simplemente, no ha sido el factor determinante para su sobrevivencia. Ellas nunca han apelado a esa condición. Han competido y han subsistido porque tienen méritos propios para hacerlo.

El chovinismo, en estos tiempos, por las razones ya expuestas, no son factores que la gente valora para hacer suyo un producto o un servicio ni es lo que determina el éxito o fracaso de una marca.

La cerveza República, La Tuya, tendrá éxito (ojalá que sí) si sus cualidades como producto tienen los valores cualitativos para competir y conquistar la preferencia del público. Su éxito estará supeditado a sus bondades, no al hecho de ser una marca local y sus “competencias” no.

En estos tiempos –sobre todo en esta categoría donde el catálogo es infinito y sofisticado en nuestro mercado- muchos son los factores que inciden en el éxito. También hay que hablar de fórmulas que gusten, producción con excelencia, distribución, precio, etc., para poder alcanzar sitiales importantes para la marca.

Esperamos que la cerveza República, La Tuya, sea bienvenida en el segmento que consume este tipo de producto y que su calidad responda a las expectativas de la población y de sus fabricantes.

Bienvenida la marca, no solo por ser local, sino porque sus atributos hagan de ella algo más que un producto. Nuestro más sincero aplauso por su osadía empresarial, la cual habla muy bien de sus ejecutivos.