“La boda es un día y el matrimonio toda la vida”
Tomo prestada esta expresión al Movimiento Católico para Novios, con la finalidad de ofrecer a los esposos, y a los novios mismos, algunos retos o pautas para reforzar su amor.
La boda, quiérase o no, es un evento puntal que marca un momento significativo en la historia de amor de los cónyuges; sin embargo, se ha de celebrar diariamente en la vida matrimonial.
En lugar de celebrar el matrimonio llevando cuenta de los desvaríos, desavenencias y desamores hay que contabilizar, más bien, los comportamientos amables y cariñosos; experiencias que les hacen sentir queridos y conectados, como, por ejemplo: los elogios, regalar flores, complacer con el plato favorito y acompañar al supermercado. Además, agradecer las cinco cosas que se realizaron en el día para cautivar y expresar el amor o indicarle lo que te hace feliz para protegerse de los momentos menos felices.
Los Beatles tienen una canción que promueve una conducta que da vida a la relación de pareja, tocarse: “Quiero coger tu mano y al hacerlo siento felicidad en mi interior”. Tocarse es una forma poderosa de establecer vínculo y de disminuir el estrés. Al tocar al otro te solidarizas con su carga emocional, con sus dolores, con sus frustraciones, con sus desánimos y con sus desesperanzas.
Identificar cuál es su libro o texto favorito para leerlo juntos. Leer, a la pareja, un cuento o un hecho que te haya impactado. Al escucharlo ten presente su voz, entonación y las ideas del texto. Compartan lo que le dice a cada uno. Esto despierta en la pareja los mismos sentimientos de bienestar, de cercanía y de amor que se experimentaban cuando nuestros progenitores nos leían cuentos.
Practicar la terapia de aceptación acogiendo algo de tu pareja que no te agrada o te pone nervioso. Por ejemplo, hacer una lista de manías que desencadenan conflictos. La aceptación y la compasión generan cercanía.
Imaginar un día perfecto, escribirlo y compartirlo. Es una manera de mostrar el propio interior y de promover la cercanía. Tomen su tiempo para planear ese día perfecto y vivirlo juntos. Indicar lo más agradable de ese día perfecto.
Realizar en un minuto el ejercicio de tocar con la mano izquierda la zona del propio corazón y con la mano derecha la zona del corazón de la pareja. Además, identifiquen un tiempo de calidad para tomarse de las manos y mirarse a los ojos. No importa si les viene un ataque de risas. Mirar y sentir a la pareja les conecta y les acerca. Luego comenten cómo se han sentido. La duración del ejercicio puede aumentar con el tiempo.
Agradecer a la pareja cada momento, cada beneficio y cada colaboración. La gratitud aumenta la felicidad y propicia la calidad del sueño. La gratitud disminuye el riesgo de padecer depresión. Te invito a escribir tres características del cónyuge por las cuales te sientes agradecido. Les reto a llevar un diario de gratitudes, anotando cada día tres gratitudes. Así se celebra la boda cada día en la vida matrimonial.