PUNTO DE MIRA

La prisión espera...

La percepción de la corrupción que se atribuye al gobierno encabezado por Danilo Medina es que una mafia se apoderó del poder corrompiendo todas sus estructuras para beneficio de vinculados al presidente del PLD.

El grupo que controlaba el Poder Ejecutivo no dejó zona libre de daño.

Lo insólito es que, hasta la Procuraduría General de la República, entidad encargada de la persecución del delito, fuera empleada para el lucro y protección de la delincuencia dejando la sociedad a merced de un hatajo de malhechores de toda laya.

A medida que avanza el proceso más podredumbre ensucia el ambiente. La población sospechaba de corrupción, pero no a los niveles que se destapa.

La persecución que el Estado desatada contra el grupo tiene actualmente condiciones favorables ya que la población no está en la indefensión del clientelismo peledeísta, agrupación pierde fuerza política, y la inconmensurable fuerza del poder norteamericano está alineada para jugar el rol de adecentar su entorno. Es cuestión de tiempo.

La lucha contra el danilismo tomaba cuerpo, pero se aceleró cuando el ex secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, al percatarse de la correlación de fuerzas, metió baza a favor de la oposición. Ese fue tiro de gracia que los danilistas embriagados de adrenalina gubernamental no pudieron sentir. La política exterior norteamericana es esencialmente la misma no importa el partido en el poder. La persecución de la corrupción es uno de sus temas. Ya no hay más que hablar.

La actual persecución de la justicia es de mostrar cómo era la dimensión de la corrupción en un entramado que amigos, familiares y militares afines eran parte de una mafia con el padrino en el poder.

Si los corruptos confían que los jueces y fiscales nombrados en el pasado gobierno concurrirán en su ayuda, están equivocados porque ha cambiado la correlación de fuerzas.

La prisión espera...

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