AGENDA SOCIAL
El Quinto Poder
Las redes sociales continúan su crecimiento constante, alimentándose de la naturaleza social de los seres humanos. Cada vez más, la tribuna virtual se convierte en el espacio predilecto de los ciudadanos para airear sus aspiraciones, frustraciones y deseos relacionados con los asuntos públicos. Las plataformas de redes sociales tienen hoy más influencia en la vida pública y privada de los individuos y organizaciones que cualquier otra herramienta creada por la humanidad.
Es por eso por lo que ya se le ha denominado como “el Quinto Poder”, porque las dinámicas sociales de la sociedad del siglo XXI están guiadas por la tecnología y por las plataformas que potencian la interacción en el Internet, que muchas veces aumenta exponencialmente la audiencia de un suceso o de un reclamo. El ciberperiodismo y el periodismo ciudadano copan las redes sociales, llevando informaciones a la ciudadanía de manera inmediata, aunque sin el filtro ético y profesional del periodismo tradicional.
Para que estas herramientas sean útiles al propósito de una sociedad más transparente e informada, el mayor reto es asegurar los filtros y las medidas necesarias para que las informaciones compartidas en las plataformas de redes sociales sean útiles y creíbles. Lo cierto es que las regulaciones no han avanzado al ritmo que avanza la tecnología, pero urge adoptar un marco jurídico común para evitar el mal uso de estas herramientas tan extraordinarias.
Ya no podemos imaginar la vida sin las redes sociales, porque nos aporta muchas más opciones que las que teníamos cuando solo disponíamos de los medios impresos o de la televisión. En esencia, ahora tenemos acceso a la hiper-medialidad, es decir, a información prácticamente infinita, ya que los enlaces nos ayudan a profundizar y ampliar los datos que aporta cada noticia. Pero, además, la audiencia tiene acceso a opinar en tiempo real, a debatir, inclusive a crear contenido propio, con un efecto instantáneo que tiene un impacto en la credibilidad y la utilidad de lo que se quiere informar.
Los medios tradicionales tienen una responsabilidad mayúscula para guiar a los medios digitales hacia el ejercicio de los principios rectores del periodismo de calidad. Un ejemplo de ello es el esfuerzo que cada domingo realiza el Listín Diario, decano del periodismo dominicano, para explicar los fenómenos modernos del ejercicio periodístico, en un esfuerzo por aportar conocimientos a la población que ejerce el periodismo ciudadano. Pero no resulta suficiente.
El país debe sumarse al diálogo global sobre el rol del periodismo ciudadano en la construcción de una sociedad más inclusiva y transparente, propugnando por regulaciones idóneas para sancionar el abuso en el ciberespacio, que no se manifiesta solamente como crimen organizado, sino que también se utiliza de manera malsana y adrede para influenciar el ánimo público.
El fenómeno de los fake news, la intervención de sectores oscuros en procesos electorales de otros países, la difamación e injuria en las redes sociales por personas que se escudan en el anonimato, la destrucción de la moral de personas e instituciones, son solo algunos de los fenómenos que hoy dejan en entredicho la credibilidad de quienes forman parte de este “Quinto Poder”. El periodismo y la participación de los ciudadanos es esencial para el futuro de la humanidad, pero deben encausarse correctamente, para que sus acciones conserven la credibilidad que sirva para una mejor sociedad.