Hipólito en la trampa del silencio
La sociedad dominicana conoce muy bien las características de la personalidad del Sr. Hipólito Mejía, ex presidente de la República y hoy candidato a la misma posición por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). El señor Mejía es de carácter enérgico, espontáneo, expresivo, sencillo, tosco, poco prudente, ligero en sus expresiones, entre otras características particulares. Antes, mientras y después de ser Presidente de la República, como ahora, el Sr. Mejía se ha caracterizado por su forma directa y atípica de decir las cosas, sean estas propias de la solemnidad de un jefe de Estado o la de un simple ciudadano. En el antes de ser Presidente esa forma le dio resultados positivos, decían sus estrategas de entonces, lo sintonizaban más con la forma de ser del dominicano común. Para su desgracia el tiempo se ha encargado de convertir en debilidad para sus aspiraciones lo que fue un activo fuerte para el candidato de entonces; por eso, sus actuales estrategas han tomado la decisión de proyectarlo de otra forma, fotografía con traje negro, rostro sin sonrisa, fondo negro, y silencio total. Estamos frente a un intento de cambio de imagen, de chévere a sobrio y de mucho hablar a mudo. La estrategia en su intención es buena en principio; pero mala antes de llegar al final, y ya se advierten algunos resultados, veamos: mientras se mantuvo en silencio y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) aún no había seleccionado su candidato presidencial, el candidato del PRD fue puntero en las encuestas. Luego de la proclamación de Danilo Medina como candidato presidencial del PLD y el rompimiento del silencio del candidato del PRD, cuando llamó a los productores agrícolas, y en particular a los de arroz, a no pagarle al Banco Agrícola los préstamos recibidos para sus siembras, la sociedad toda se pronunció desaprobando ese llamado. El Sr. Mejía con esa petición rompió su silencio, marcando un antes y un después en el posicionamiento de las distintas encuestas que se han publicado desde entonces. Ha sido su primer gran revés en la presente campaña electoral. Ahora de nuevo sus estrategas y el propio candidato del PRD han decidido volver al silencio, con el agravante que el proceso electoral por la carrera presidencial cada día toma más cuerpo y en consecuencia se requiere que sus aspirantes promuevan sus ideas programáticas en torno a los problemas nacionales y no simplemente hacer una campaña en base a un cambio de imagen y un slogan; ambos recursos al parecer se han agotado, al decir de los últimos datos de las encuestas que se han publicado. Estamos frente a la trampa del silencio, por lo que el candidato del PRD tendría que permanecer callado, en un ambiente donde los electores demandan de fijación de posiciones públicas verbales y no sólo escritas; o hablar y al hacerlo, errar por las características de su personalidad. El autor es Superintendente de Bancos.