Ojo con las ARS privadas
Dicen que cuando el río suena es porque agua trae, y lo que está surgiendo como un grito a voces de los reportes financieros, los informes de actividades, las quejas de los pacientes, de los médicos, y de los hospitales, me hace pensar que algo está pasando en el manejo de las ARS privadas que no puede ser enteramente normal. Ahí está pasando algo muy anormal y me adelanto a ponerle el cascabel al gato ya que estoy seguro de que cuando existen intereses tan importantes como los que tienen aquellos que manejan miles de millones de pesos que originan de los cheques de los que contribuyen con su trabajo al nuevo Seguro Familiar de Salud. La última vez que escribí sobre esto, se enojó el Superintendente de la SISALRIL, y quiero aclararle de antemano que su trabajo de monitoreo y la transparencia con que su oficina ha manejado los reportes financieros de las ARS, en gran parte facilita lo que aquí voy a exponerles y de ninguna manera es una crítica a las funciones de supervisión que realiza, pero igual le puede ayudar a detectar los problemas que están surgiendo en el sector privado de las ARS. A mi me llama la atención que Senasa, la ARS pública que se encarga de cubrir los gastos de los pacientes subsidiados en el nuevo régimen de salud, pueda reportar que sus planes de seguro pueden tener una cobertura de servicios que supera a los privados por un 30%, el número de procedimientos mayores autorizados es casi el doble que los de las ARS privadas, tuvieron que asumir la cobertura de los accidentes de tránsitos ya que la ARS privadas no quisieron asumir la responsabilidad, sus planes cubren el 100% de los gastos de consulta y cirugía mientras que las privadas obligan al paciente a cubrir el 20% del mismo costo, cubren hasta un millón de pesos en los casos catastróficos, cuando las ARS privadas solamente cubren medio millón, y el colmo es que las ARS privadas se quejan de que no les alcanza el dinero y que necesitan aumentar la capitación y Senasa reporta que tienen 600 millones de pesos disponibles para cubrir los gastos de las operaciones para sus afiliados. Pero el análisis financiero no es la única señal de que hay gato entre el macuto. Los reportes operacionales también son importantes. Casi sin excepción, los proveedores están reportando que las ARS privadas se agarran de cualquier excusa para no cubrir los servicios y los trucos ya son harto conocidos. El paciente con una emergencia va al médico que supuestamente está en su ARS y para su sorpresa el médico no acepta el seguro. Qué pena, ahora el paciente tiene que pagar la consulta. Otro es que el paciente va a un proveedor que sí acepta la ARS, pero ese procedimiento en específico no lo cubre la ARS. La farmacia recibe la autorización de la ARS para un medicamento y de nuevo que pena, pero ese medicamento no estaba en la lista autorizada. El paciente de un pueblo recibe un diagnóstico que requiere de un especialista y los servicios de la ARS lo rebotan de una clínica a otra sin encontrar la solución y el paciente tiene que resolver de su bolsillo para no perder la vida o la salud. La ARS cubre esa operación pero solamente si se opera fuera del país ya que en el país no puede autorizar la cirugía o la autoriza solamente si hay internamiento. Sin embargo la misma cirugía se autoriza en el exterior de manera ambulatoria. Que las ARS firman con las sociedades de cirujanos y las de especialidades, se llega a un acuerdo por escrito para cubrir la clínica y los honorarios, pero cuando llega la hora de la negociación entre la clínica y la ARS, resulta que lo acordado no importa ya que la ARS entiende que esos precios están muy por encima de lo que quieren pagar. Lo que quieren pagar casualmente está por debajo de lo que cuestan los materiales de estos servicios como es el caso de los RD$30 pesos por un análisis de laboratorio, o RD$300 por una consulta especializada, o RD$8500 por una cirugía de catarata. El tema no es la cantidad de dinero, sino que las ARS quieren precisamente alegar que no le aceptan sus tarifas para no tener que pagar por esos servicios nunca. Es como el cuento de que reciben miles de millones de pesos para resolver el problema de la salud del pueblo y la retórica de sus administradores es que ellos no están ahí para resolver el problema de la salud. Ellos consideran que están en esas posiciones para tener muchos beneficios. Los fondos sobran para cubrir los gastos administrativos, construir nuevos edificios, pagar por hermosos letreros y anuncios en los periódicos y la televisión, pero no alcanza el dinero para pagar aquello por lo cual fueron contratados. Para colmo, las ARS se han inventado que el empleado no se puede salir de la ARS sin conseguir una carta de descargo algo que es completamente falso. La reglamentación muy bien establece que la desafiliación es responsabilidad de la nueva ARS que se solicita y todo ciudadano está en libertad de escoger su ARS sin importar la que está contratada por la empresa para la cual labora. Por cierto que otra de las artimañas de las ARS está la de cubrir generosamente los gastos de salud con sus planes complementarios a los dueños y administradores de las empresas afiliadas, pero castigan sin compasión a los que tienen los planes básicos y a los empleados menores con todo tipo de artimaña para ahorrarse unos centavitos aunque vaya en detrimento de la salud del pueblo. Esto les asegura a la ARS el contrato de la empresa ya que los administradores están muy agradecidos y a los de abajo que aguanten las estrecheces. Muy bien dijo el señor Carmelo Mesa Lagos, experto de la Universidad De Pittsburgh en seguridad social, que no comprende como es que no están todos los dominicanos inscritos en Senasa. Les cubre más, paga mejor, y cubre con sus fondos hasta los pobres. El mismo experto exhortó a las ARS privadas a adoptar el proyecto de medicina primaria y preventiva. Un proyecto que las ARS han venido cobrando a razón de unos RD$60 por afiliado y que casualmente, y claro de nuevo con pena, no han podido implementar. Señores, la clave de la medicina moderna y de los planes de seguridad social son la salud primaria y la prevención ya que estas cubren más del 90% de las enfermedades.Yo abogo porque se haga un sistema de tutelaje como el que tiene Colombia que sirva de tribunal de apelación. A la DIDA le corresponden los recursos necesarios para implementar este sistema y para acabar con esta mafia de reglas y de excusas que se han inventado las ARS privadas para castigar a un pueblo que está pagando generosamente por esos servicios.