VIVENCIAS
La verdad no tiene tiempo
Una frase de Romano Guardini ha producido en mí una agradable sensación, ya que nos habla de que la paciencia todo lo alcanza. Dice Guardini, “la verdad es una fuerza, pero sólo cuando no se exige de ella ningún efecto inmediato, sino que se tiene paciencia se da tiempo al tiempo; mejor aun: cuando no se piensa en los efectos, sino que se quiere mostrar la verdad por sí misma, por amor a su grandeza sagrada y divina”. No acostumbro a halar por los cabellos frases que sólo deben aplicarse en el contexto en que han sido empleadas. Sin embargo, es irresistible el deseo de aplicar esta frase a situaciones que se presentan a diario, como cuando alguien intentando descalificar a otro, recurre a eufemismos para retorcer la verdad. Ayuda esta frase, en el sentido de que la primera reacción ante un atropello contra la dignidad de una persona, es la de tomar acción de inmediato y desmentir la mentira manipulada y maquillada. Se comete un error al proceder de esa manera, porque la ira se impone a la razón. Es como dice un proverbio japonés, “si eres paciente en un momento de ira escaparás a cien días de tristeza”. No hay nada más desagradable que ver mal interpretados nuestros sentimientos. No obstante, lo aconsejable es esperar, para que la fuerza de la verdad se imponga sobra la mentira. A veces hay que ver pasar muchas lunas, antes de que se despeje el camino, para que la verdad recupere su esplendor, pero vale la pena esperar. La paciencia es una virtud poco atractiva porque está impregnada del saber comprender y del saber sufrir, pero cuando ésta se hace acompañar de la esperanza, aparece “mágicamente” una luminosa serenidad, que hace vencer las contrariedades y las frustraciones de la espera, llevándonos a aceptar los designios de Dios.