LA ESCUELA ECONÓMICA

Falta unidad y solidaridad entre los consumidores dominicanos

Los dominicanos son reconocidos mundialmente por su elevado sentido de simpatía, amabilidad y acogida a los visitantes. Pero su forma de manejar las situaciones, con alta capacidad para minimizar las dificultades y seguir a delante, en ocasiones limita el sentido de unidad para reclamar y hacer valer sus derechos. Eso ocurre mucho en las actividades comerciales, donde constantemente los consumidores son maltratados con elevados precios, productos defectuosos y vencidos y otros tratamientos inadecuados. En países organizados los consumidores conocen sus derechos y los asumen en el momento de reclamar. Ese reclamo debe estar acompañado de la solidaridad y la disposición de que algunas situaciones cambien. En una ocasión estaba en un supermercado realizando una compra y cuando recibí la factura solicité que sea con el número de comprobante fiscal (NCF). La cajera contestó que debía ir a Servicio al Cliente. En ese departamento no había nadie y entonces al volver donde la cajera, ella dijo que no podía hacer nada, por lo que decidió quedarme frente a ella e impedir que siguiera atendiendo a otras personas, hasta que se me atendiera la solicitud de una factura con NCF. La persona que seguía en la fila se enojó por mi comportamiento y me solicitó que me hiciera a un lado para él pagar su mercancía e irse. Los que estaban en la fila no se dieron cuenta de que mi reclamo no era particular, sino de defensa de un derecho para todos ellos que son consumidores, pero faltó solidaridad y unidad. En otra ocasión se produjo la queja de consumidores que estaban en una fila en caja esperando para pagar lo que habían comprado y un cliente paralizó el proceso en reclamo de que le cobraran el precio del producto que marcaba la promoción en el stand de exhibición y no un precio mayor que le aparecía en la computadora a la cajera. En lugar de encontrar solidaridad, el cliente fue insultado por otros consumidores. Eso ocurre con determinados productos cuando son aumentados de precios en forma injusta. Los ciudadanos de países desarrollados deciden no comprar el producto durante un tiempo y lo hacen de manera unida hasta que el productor o comerciante tiene que ceder y rebajar el precio al nivel adecuado. En República Dominicana ocurre lo contrario, muchos deciden demandar el producto al precio elevado para demostrar que pueden pagarlo, sin tomar en cuenta que en su condición de consumidores deben asumir una posición de unidad para recibir mejor atención. ¿Qué hace un consumidor cuando decide abrir un proceso de reclamo porque le ha sido violado su derecho? Generalmente se queda solo y encuentra ninguna o muy poca solidaridad de parte de los demás consumidores que en algún momento pueden verse en la misma situación. Los dominicanos deben aprender a reclamar sus derechos, a asumir la legislación que para esos fines fue aprobada y que contiene diversos capítulos que contribuyen con la obligación de los comerciantes y empresarios a ofrecer un buen servicio, de cumplir con las garantías acordadas, de que el producto esté en excelentes condiciones, de que no esté vencido, de que reúna las especificaciones que aparecen en su promoción y de que el precio de venta sea justo. Los consumidores son los que sostienen los negocios, las empresas, el desarrollo de la economía. Los consumidores somos todos los ciudadanos que cada día hacemos uso de los bienes y servicios que son ofertados en la educación, la salud, comunicaciones, alimentación, transporte, higiene, medio ambiente, desarrollo y cualquier otra área.

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