Elige sabiamente a las mujeres que te rodean

De Cerca

Celeste Pérez.

Celeste Pérez.Víctor Ramírez/LD

Al transitar por el camino profesional y personal, he aprendido que la elección de las personas que nos rodean puede influir profundamente en nuestro crecimiento, desarrollo y bienestar. Este círculo cercano, especialmente el de las mujeres que elegimos como compañeras, amigas y mentoras, tiene el poder de guiarnos e inspirarnos. Hay una magia indiscutible en rodearse de mujeres que, con autenticidad, desean nuestro éxito personal y profesional.

La escritora, activista y política, Eleanor Roosevelt, ex primera dama de los Estados Unidos, expresó con sabiduría: “Haz lo que sientes en tu corazón, serás criticado de todos modos…”. Esta frase resuena cuando pienso en la importancia de soltar el peso de dar poder a las opiniones ajenas y valorar a las mujeres que han estado presentes a lo largo de mi vida, y en cómo sus acciones, palabras y apoyo, han sido como un impulso constante para perseguir mis aspiraciones; esas mujeres, que por gracia de Dios son muchas más que las que han tratado de tirar piedras al camino.

Mujeres que suman, no que restan

Las personas que se alegran auténticamente cuando alcanzamos un logro no ven en nuestro desarrollo una amenaza, suelen estar cubiertas por valores sólidos, por una visión optimista de la vida y una dedicación profunda a su propio desarrollo, lo que les permite apoyar el desarrollo ajeno. Recordemos que solo quien es feliz cree que otros pueden llegar a serlo.

En un mundo ferozmente competitivo y a menudo hostil, es fácil encontrar relaciones que absorben más energía de la que devuelven. Las mujeres que apoyan a otras mujeres se convierten en una especie de “zona segura” donde se puede expresar la vulnerabilidad sin temor a juicio.

Rodéate de mujeres sin agendas ocultas ni intereses egoístas. No se trata de excluir o juzgar, sino de ser conscientes del impacto de cada relación. Como profesionales y seres humanos en desarrollo constante, necesitamos un entorno que nos impulse, que nos recuerde nuestras capacidades y que aporte valor a nuestra vida. Esto no significa que cada relación tenga que girar en torno a metas profesionales o a la búsqueda del éxito, sino que todas ellas deben inspirarnos a ser mejores y a vivir en coherencia con nuestros valores.

Hace mucho tiempo aprendí a elegir a las mujeres a quienes les abro la puerta de mi corazón y de mi hogar, porque cada persona en nuestro entorno añade o resta valor a nuestra historia. Y si “somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo”, construir un círculo cercano que nos inspire, motive y respalde desde la autenticidad y el amor genuino es una de las decisiones más sabias que podemos tomar.

¡Hasta el lunes!

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