La experiencia ‘Humos en la ciudad’
De cerca
Recientemente estuve de cerca disfrutando de “Humos en la ciudad”, un encuentro anual organizado con maestría por Josefina Pichardo y Ángel García, de Cigarro Dominicano, y no puedo dejar de agradecer la invitación a esta hermosa experiencia.
El ambiente fue una mezcla perfecta de elegancia, tradición y camaradería, donde el tabaco dominicano fue el verdadero protagonista. Al ingresar a la terraza del Hotel Hyatt Center lo primero que capturó mi atención fue la cuidada exhibición de las marcas más importantes de tabaco del país. Era evidente que cada una de ellas había sido seleccionada con el propósito de mostrar lo mejor de una industria que es, sin duda, una de las joyas de la cultura dominicana. Los artesanos, con una destreza envidiable, demostraron su dominio en la elaboración de los puros, revelando que detrás de cada tabaco hay una historia de paciencia, técnica y dedicación. Pude observar cómo enrollan cada hoja con precisión, creando verdaderas obras de arte que, al encenderse, dejaban escapar aromas profundos y complejos, un reflejo de la calidad que solo el tabaco dominicano puede ofrecer.
El encuentro no solo fue un deleite para los amantes del tabaco, sino también una celebración de los sentidos. La música en vivo ambientó la velada con un toque de sofisticación y dinamismo, mientras que la propuesta gastronómica fue de altísima calidad, creando una experiencia completa para quienes estuvimos allí.
Uno de los aspectos más valiosos de “Humos en la ciudad” es la oportunidad de conocer a empresarios del sector, personas con una pasión compartida por mantener viva la tradición del tabaco en República Dominicana. Las conversaciones fluían naturalmente y fue inspirador escuchar las historias de quienes han dedicado su vida a esta industria, enfrentando desafíos y celebrando éxitos. Fue una ocasión ideal para conectar, aprender y profundizar en la riqueza cultural y económica que el tabaco representa para nuestro país.
“Humos en la ciudad” no solo resalta la calidad del tabaco dominicano, sino que también nos recuerda la importancia de preservar y promocionar esta tradición tan nuestra. Me llevo de esta experiencia un mayor aprecio por el arte de hacer tabaco y el orgullo de saber que la República Dominicana sigue siendo un referente mundial en esta industria. Gracias a Josefina y a Ángel por hacerme parte de su compromiso con la excelencia.
¡Hasta el lunes!