Mis favoritas de la ceremonia de toma de posesión presidencial
De Cerca
El expresidente Joaquín Balaguer quizá no imaginó el gran poder que asignó al color blanco, cuando en 1973 dispuso mediante decreto, que el traje sería blanco para las ceremonias que fueran realizadas entre los meses de verano, y oscuro para las ceremonias que fueran realizadas en los meses de invierno.
Es así como para la toma de posesión del 16 de agosto, las autoridades gubernamentales, legislativas, el cuerpo diplomático e invitados especiales deben vestir de blanco como parte de los protocolos para la ocasión. El código de vestimenta es claro y estricto: para las damas, falda y zapatos negros cerrados. En el caso de los caballeros deben vestir traje blanco, camisa blanca, corbata, medias y zapatos negros.
La ceremonia de toma de posesión presidencial en República Dominicana es un evento cargado de simbolismo y tradición, donde la moda juega un papel crucial en la proyección de poder, respeto y patriotismo. A lo largo de las décadas, el vestuario de los presidentes, primeras damas y demás figuras públicas ha evolucionado, reflejando tanto los cambios socioculturales del país como las tendencias globales.
En los últimos 20 años, la moda en la ceremonia ha seguido adaptándose a las tendencias contemporáneas, pero siempre respetando el contexto solemne del evento. Los caballeros han mantenido la formalidad en sus atuendos, optando por trajes a la medida. Sin embargo, es en las damas donde se observa una evolución más marcada. Estas han adoptado estilos más variados, de elegantes propuestas que fusionan lo tradicional con lo moderno.
Recordemos que en la toma de posesión presidencial la moda no es solo una cuestión de estilo; es una herramienta de comunicación política. Los atuendos elegidos por las figuras clave no solo deben proyectar autoridad y respeto, sino también enviar un mensaje de estabilidad y confianza al pueblo dominicano y al mundo.
Este escenario refleja un país en constante cambio, donde la modernidad y el respeto por la tradición coexisten, la moda ha seguido este ritmo, integrando nuevas tendencias sin perder de vista el contexto histórico y la esencia del encuentro.
Los diseñadores dominicanos han jugado un papel importante en la reciente toma de posesión presidencial de Luis Abinader. Para satisfacción de todos, a diferencia de años anteriores, los looks fueron más clásicos y acordes a la magnitud del momento, tomando en cuenta el maquillaje, peinado y calzado.
Amparada en mi frase preferida: "La elegancia no hace ruido", mi favorita de siempre, y lo fue de todas las actividades en las que estuvo presente, la vicepresidente Raquel Peña, con su diseñador de cabecera, Luis Domínguez, y como estilista Reading Pantaleon, un dúo que simboliza una apuesta ganada.
La primera dama Raquel Arbaje también optó por un diseño dominicano a cargo de Sarah Cury, que reflejaba tanto su personalidad como su compromiso con exaltar el talento local.
Otra de mis favoritas fue Selinée Méndez, diputada de la Circunscripción No. 1, vestida de la firma Arcadio Díaz, con estilismo de Sócrates McKinney.
A esta lista se suma Ely Encarnación, subdirectora general de Migración, con un diseño de Jusef Sánchez; Brenda Ogando, diputada de Azua, con una creación de Lucía Pichardo; la diputada de Santo Domingo Este, Juliana Oneal, vestida por Michelle Reynoso; Heidy Musa, diputada por Puerto Plata, diseño de Joel Reyes; Carmen Ligia Barceló, diputada de la ciudad de Hato Mayor, vestida por Ana Rafé Alcántara; Daritza Zapata, diputada de Dajabón, con un diseño de Bianna Candelario; la alcaldesa Carolina Mejía, vestida por Jusef Sánchez; y Rita Abinader que estuvo espectacular, pero no logré confirmar el diseñador de su vestido.
Este reconocimiento llega hasta los estilistas y expertos en maquillaje y peinado quienes contribuyeron para que cada imagen fuera impecable. ¡Quedamos bien como país! y sin opacar la solemnidad del evento, la moda sigue siendo una herramienta poderosa para expresar la evolución de nuestro país y mostrar la calidad del talento local.
¡Enhorabuena!
¡Hasta el lunes!