Protocolo

Época de lluvia: ¿Sabes usar el paraguas?

Sin duda el paraguas es el utensilio perfecto para resguardarnos de la lluvia. Debe utilizarse con cierto cuidado y respetando las normas de cortesía, y es que, el protocolo y la buena educación están presentes en cada uno de los detalles de nuestra vida, y los días de lluvia no están exentos.

Aquí compartimos algunas sugerencias de cortesía ancladas en el sentido común:

Obviamente cuanto más grande sea el paraguas más te protege, pero para circular por la calle es preciso que el paraguas tenga un tamaño que no moleste a las personas que caminan a nuestro lado. El espacio común es limitado. Para andar por la calle, con paraguas o no, es bueno tener presente que se camina por la derecha.

Cuando caminamos por una calle estrecha, la persona más alta es la que levanta el paraguas para que pase la persona más baja con su paraguas. Si ambas personas son de alturas similares se pueden inclinar ligeramente los paraguas, lo recomendable que sea hacia su derecha. El objetivo es que los paraguas no choquen entre sí.

Los paraguas no se abren en lugares cerrados o con techo, solo es permitido si es una tienda de paraguas.

Si llevamos el paraguas cerrado, tenga punta o no, siempre se lleva hacia abajo.

Un caballero acompañado de una dama o una persona mayor debe sujetar el paraguas que les cubre a ambos. Si hay poca diferencia de edad pero mucha de altura es mejor que lo lleve la persona más alta aunque sea la mayor, de igual forma si el paragua es muy grande, pesado o incómodo de llevar, porque hace mucho viento, por ejemplo, lo ideal es que lo lleve la persona más joven o que tenga más fuerza física.

No se gesticula con el paraguas en la mano ni se apunta con él a nadie ni a nada.

Si estamos en un lugar y no hay suficientes paraguas para todos, lo correcto es cederlos a las damas y a los hombres de mayor edad.

Cuando vamos a salir de un vehículo y está lloviendo, saldrá primero el hombre y abrirá el paraguas para que la mujer no se moje cuando salga.

Al entrar a un establecimiento debemos cerrar el paraguas, y si queremos sacudirlo, siempre en la puerta, nunca en el interior, y con cuidado de no salpicar a nadie.

En los transportes públicos, debemos tratar de sacudir bien el paraguas antes de subir, para evitar mojar a otras personas.

Si tenemos algún invitado en casa y al momento de irse está lloviendo, es cortesía facilitarle un paraguas para resguardarse de la lluvia. Si por el contrario es a nosotros a quienes nos han prestado un paraguas es imprescindible no olvidar devolverlo, de ser posible con un pequeño detalle por el favor que nos han hecho.

El paraguas es también un complemento de nuestro atuendo: elige un color liso y neutro que no compita con tu ropa, al menos que desees darle cierto protagonismo. En referencia al tamaño la regla es básica: los grandes para los grandes y los pequeños para los pequeños, en la proporción estará el equilibrio.

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