Hackeos afectan a agencias de seguridad latinoamericanas
Una gran cantidad de correos de la Secretaría de la Defensa de México están entre un cúmulo de comunicaciones electrónicas que fueron extraídas por un grupo de hackers de agencias militares y policiales de varios países latinoamericanos, confirmó el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador el viernes.
La semana pasada, el gobierno de Chile reconoció que alguien había robado correos electrónicos de su Estado Mayor Conjunto.
López Obrador habló en su conferencia de prensa diaria tras un reporte del periodista Carlos Loret de Mola de que los archivos hackeados revelaban detalles previamente desconocidos en torno a un problema grave de salud que padeció en enero.
El mandatario de 68 años minimizó el acto de ciberpiratería, diciendo que “no hay nada que no se sepa”. Afirmó que aparentemente la intrusión ocurrió durante un cambio en los sistemas cibernéticos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Pero a Chile le preocupó tanto la intrusión a sus propios sistemas que le pidió a su ministra de Defensa, Maya Alejandra Fernández Allende, que regresara desde Estados Unidos la semana pasada, donde participaba en la Asamblea General de las Naciones Unidas junto con el presidente Gabriel Boric.
Los 10 terabytes de información robados por el grupo también incluyen correos electrónicos de las fuerzas armadas de El Salvador, Perú y Colombia, y de la Policía Nacional salvadoreña. Aparentemente México fue el país que sufrió el mayor robo de datos.
Un grupo que se hace llamar Guacamaya, integrado por elementos anónimos que dicen ser guerreros por la justicia social, dice utilizar el hackeo para sacar a la luz la injusticia y la corrupción en defensa de los pueblos indígenas. Anteriormente, piratas cibernéticos que utilizan ese mismo nombre robaron y dieron a conocer los correos electrónicos de una compañía minera que desde hace tiempo enfrentaba acusaciones de violaciones a los derechos humanos y daños al medio ambiente en Guatemala.
En un comunicado que acompaña su acción más reciente, el grupo se quejó del saqueo de Latinoamérica —a la que llama Abya Yala— por parte de los colonizadores, y de los persistentes objetivos extractivistas del “Norte global”.
El grupo emitió una declaración de 1.400 palabras en la que dice que las fuerzas armadas y las policías de los países latinoamericanos —que con frecuencia cuentan con entrenamiento por parte de Estados Unidos— son utilizadas por los gobiernos “para mantener presos a sus habitantes”.
“La policía minimiza el riesgo de que los pueblos ejerzan su digno derecho a la protesta, a destrozar el sistema que les oprime”, agregó.
El grupo indicó que pondría los documentos a disposición de periodistas, pero hasta ahora sólo se han publicado reportes sobre una pequeña porción, tal vez debido a la enorme cantidad de información.
En una serie de emails, los hackers dijeron que su revisión de los correos electrónicos de México indicaba hasta ahora que gran parte de la información ya estaba disponible públicamente y dudaban que hubiera correos “explosivos”, posiblemente porque las comunicaciones más delicadas cuentan con mejor protección.
Pero dijeron que hay evidencia de que las fuerzas armadas están siguiendo muy de cerca los movimientos políticos y sociales.
Indicaron que eso incluye a los familiares de los 43 estudiantes del estado de Guerrero, en el sur del país, que fueron secuestrados por policías locales y presuntamente entregados al grupo de narcotraficantes Guerreros Unidos para que los asesinara en 2014 —un caso en el que algunos militares han sido acusados de haber participado_, así como al movimiento rebelde zapatista que en 1994 se alzó en armas en el sur de México, y a grupos opuestos a la construcción del llamado Tren Maya en la península de Yucatán.
En lugar de intentar obtener beneficios monetarios o exigir un rescate por penetrar los sistemas informáticos gubernamentales por medio de un ciberataque, Guacamaya parece ser más una operación “hacktivista” con la que se pretende filtrar documentos con fines de justicia social.
Loret de Mola dijo que, entre los correos electrónicos robados, había registros médicos sobre el presidente, incluyendo un vuelo de emergencia a la capital del país desde su rancho en enero, en un momento en que padecía una fuerte angina de pecho y corría el riesgo de sufrir un infarto. Previamente se desconocía que se había efectuado ese vuelo.
Posteriormente ese mes se sometió a un cateterismo cardiaco, que sí se dio a conocer, pero en ese momento se dijo que se trataba de un examen de rutina. López Obrador sufrió un ataque al corazón en 2013 y padece hipertensión.
El mandatario indicó en su conferencia de prensa que tiene varios problemas de salud y se somete a revisiones médicas cada pocos meses.