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La vida social de los elefantes ayuda a los huérfanos a salir adelante

"No se conoce bien el impacto global de la caza furtiva en estos animales altamente sociables"

Foto: AFP.

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Juliette Collen/AFPParís, Francia

Una prueba más de la extrema sociabilidad de los elefantes: las crías de elefante huérfanas son capaces de sobrellevar la pérdida de sus madres viviendo en manada, según un estudio realizado a grupos en libertad en Kenia.

Las hormonas del estrés encontradas en el estiércol permiten a los científicos investigar los efectos de la muerte de una elefanta en su cría, con la cual se considera que hay un vínculo fuerte incluso después del destete.

La idea surgió de Jenna Parker, una joven estudiante de doctorado de la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos) apasionada por los elefantes de la sabana africana, una especie clasificada en la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN) debido a la caza furtiva y la destrucción de su hábitat.

"No se conoce bien el impacto global de la caza furtiva en estos animales altamente sociables", explicó a AFP la investigadora, autora principal del estudio publicado esta semana en Communications Biology.

"Cuando observas un rebaño, te das cuenta de lo mucho que importa la familia. Los miembros están siempre uno al lado del otro, los pequeños raramente se alejan más de diez metros de la madre. Se tocan cuando comen, descansan, observan los movimiento de los otros", contó la investigadora.

"Y las ceremonias de reencuentro en las que participa todo el grupo después de separarse por solo unas horas son increíbles", agregó.

Por eso, cuando los cazadores matan a un individuo, esta cohesión se rompe, amenazando "el bienestar de los elefantes, en especial de las crías cuyas madres han sido asesinadas".

Respuesta al estrés

Parker y sus colegas querían averiguar cómo se sentían los huérfanos a nivel fisiológico ante el duelo, y estudiaron entonces su respuesta al estrés.

Midieron para ello sus niveles de hormonas glucocorticoides que las glándulas suprarrenales de los animales vertebrados liberan cuando enfrentan un factor de estrés, por ejemplo si un individuo siente que su bienestar está en riesgo por la falta de un entorno seguro.

Esos marcadores se encuentran en la sangre, la saliva, la orina y las heces. "Los glucocorticoides fecales son una forma extendida y confiable de medir el estrés en la fauna silvestre", indicó la investigadora.

Entre 2015 y 2016, ella y su equipo rastrearon pacientemente el estiércol de pequeños paquidermos en el trayecto de las manadas en las reservas de Samburu y Buffalo Springs, en el norte de Kenia.

Este trabajo permitió recoger 496 muestras de estiércol de 37 crías de elefante, de los cuales 25 habían perdido a la madre.

Se trataba exclusivamente de hembras jóvenes (los machos son más difíciles de detectar porque son menos fieles a su rebaño original) de dos a veinte años, alrededor de la edad del primer parto.

Las huérfanas habían perdido a sus madres entre uno y 19 años atrás debido a la caza furtiva o la sequía, que fue especialmente severa entre 2009 y 2014. Veinte habían permanecido en la misma unidad familiar después de la muerte, cinco se unieron a una unidad diferente.

"Compañeros de juego"

Los autores descubrieron que los niveles de glucocorticoides eran similares a largo plazo entre huérfanos y no huérfanos. Una "agradable sorpresa", comentó la investigadora, quien esperaba que los huérfanos mostraran más estrés en ausencia de los cuidados maternos.

Pero Parker indicó que eso no impide que experimenten un mayor estrés a corto plazo, como se ha observado en chimpancés a los dos años de la muerte de su madre, incluso en ratas, cobayas y algunas aves.

"Pero al menos esos efectos no son duraderos, lo que demuestra resistencia", destacó. El poderoso apoyo social del grupo de elefantes desempeña un papel regulador llamado "efecto amortiguador".

Más aún, los investigadores descubrieron un estrés menor entre los jóvenes que crecen en grupos con más congéneres de una edad similar, ya fueran huérfanos o no.

El estudio sugiere que los "compañeros de juego", especialmente los hermanos, son esenciales para los elefantes.

Esos resultados podrían servir de base para la administración de los orfanatos de elefantes en cautiverio. Proporcionar a los huérfanos compañeros de su misma edad podría ayudarles, y la liberación de grupos de huérfanos unidos durante el cautiverio podría facilitar su transición a la naturaleza, concluye el estudio.