Psicología

¿Miedo a tragar? Cinco recomendaciones para que venzas la fagofobia y disfrutes de la comida

Quienes tienen esta condición suelen perder peso y alejarse de la gente.

La fagofobia es el miedo irracional a asfixiarse o atragantarse mientras se consume algún alimento.

La fagofobia es el miedo irracional a asfixiarse o atragantarse mientras se consume algún alimento.Getty Images/iStockphoto

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Joan NoboaEspecial para Listín Diario
​Santo Domingo, RD

Esta es la historia de un paciente ficticio al que llamaremos Pablo. Desde hace unos meses él se ha sentido nervioso a la hora de comer. Siente que la comida se queda estancada en su garganta y empieza a eructar, provocando así que la comida se devuelva. Cada vez que intenta comer sucede lo mismo y ya se encuentra en un punto donde no sabe qué hacer.

Al principio trató de ingerir alimentos menos sólidos, pero los síntomas continuaban. Con las primeras cucharadas, todo estaba bien, pero mientras más comía sus músculos se tensaban y le llegaban pensamientos de que tenía la garganta cerrada y se podía ahogar.

Por tal razón, Pablo empezó a perder peso y ha dejado de asistir a fiestas y reuniones con sus amigos. Ahora tampoco puede dormir por el miedo a pensar sobre lo que dirán los demás cuando se niegue a ir algún evento al que lo inviten.

Fue entonces cuando decidió ir al médico y los exámenes que le hicieron indicaron que todo estaba en orden. Al menos en el aspecto físico, pues, lo que Pablo no sabía era que estaba pasando por una condición llamada fagofobia: el miedo irracional a asfixiarse o atragantarse mientras se consume algún alimento.

Si se te hace conocida esta historia, continúa leyendo. Aquí te dejo cinco recomendaciones para personas que pasan por la misma situación que Pablo:

1. Acudir al médico para descartar cualquier condición física que pudiera estar dificultando la deglución (tragar).

2. Si los exámenes físicos se encuentran en orden, dirigirte a consulta psiquiátrica y psicológica.

3. Realizar ejercicios de relajación antes de cada comida para disminuir la tensión de manera general.

4. Enfocarse en la comida, sin ningún otro estímulo cerca (como los celulares). Mantener la atención en el sabor de los alimentos disminuirá los pensamientos distorsionados.

5. Comer con una postura correcta, donde la espalda esté recta pero el cuerpo no se sienta tenso.

Si los síntomas persisten y no puedes manejarlo solo, acude a un especialista. De esta manera el tratamiento podrá ser individualizado según las causas y necesidades que presentes.

El autor es psicólogo clínico e investigador del Grupo Profesional Psicológicamente

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