Día Internacional de la mujer 

Entendiendo a la mujer: sus roles, derechos, pero sobre todo, sus emociones

 Al reconocer y saber autogestionar las emociones, las mujeres podemos mantener un equilibrio saludable entre el mundo interior y las responsabilidades externas, lo que en última instancia puede llevarnos al crecimiento personal y la auto realización

Retrato del Día Internacional de la Mujer. Las fotografiadas se muestran alegres y celebrando

Retrato del Día Internacional de la Mujer. Las fotografiadas se muestran alegres y celebrandoSOUTHWORKS CREATIVE LTD

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carmen Virginia Rodríguez, M.A.
Especial para LD
Santo Domingo, RD

¿Qué es una mujer? Una mujer es una adulta, caracterizada por sus atributos biológicos, roles en la sociedad y las experiencias únicas que experimenta a lo largo de su vida. Las mujeres contribuyen significativamente a varios aspectos de la vida, incluyendo la familia, el trabajo, la educación y la comunidad.

Las mujeres desempeñan diversos roles en la sociedad que abarcan diferentes dominios: familia, profesión, comunidad, educación. Asimismo, hemos logrado, a lo largo de la historia, derechos que antes no se nos eran concebidos. Es por esto que tenemos hoy día derecho a educación, al trabajo, al voto, a la salud, a la seguridad, a la propiedad.

 Todos estos derechos reconocidos en tratados internacionales. Ya todo esto se ha visto a lo largo de los años de luchas y conquistas, y aunque siempre hay oportunidades de mejoras, no podemos quitar el mérito de lo que se ha logrado hasta hoy día.

Pero hablemos en este Día Internacional de la Mujer, de las emociones. Siempre se ha dicho y nos han tildado de emotivas, y quizás sea verdad. Manejamos emociones de una manera más abierta, más intensa, quizás que el sexo opuesto. No lo podemos generalizar, pero en su mayoría, puede ser así. 

Sin embargo, esto no tiene que tener una connotación negativa, puede ser todo lo contrario, sin caer en excesos que nunca son buenos. La manifestación de las emociones de parte de las mujeres, normalmente, va a ser dada por sus experiencias personales, relaciones y por las expectativas sociales.

Lo que sentimos

Algunas de las emociones más comunes que vemos abiertamente son la alegría, que viene por logros personales, relaciones satisfactorias y experiencias significativas. Otra emoción que no nos gusta sentir, pero que es parte de la vida y necesaria para pasar ciertas situaciones, es la tristeza, la cual es ese sentimiento de pena y/o dolor que surge de pérdidas que tenemos, decepciones o circunstancias adversas que se presentan. 

Por otro lado, tenemos el amor, ese término que más que un término es un verbo que se conjuga en acciones de cuidado y afectos profundos por nuestra familia, tanto nuclear, de origen y extendida, por la pareja y por amigos queridos, donde los vínculos emocionales se cultivan, se cuidan y se fortalecen.

Otra emoción: el miedo, esas preocupaciones y ansiedades sobre diversas cosas como nuestra seguridad, la salud, tanto nuestra como de nuestros seres queridos. Unos miedos que a veces paralizan, siendo algunos válidos porque hay evidencia de peligro y otros que creamos en nuestra mente. Estos últimos son quizás los más peligrosos, porque muchas veces son eso, creaciones de nuestra mente o preocupaciones sin mucho sentido.

Otras emociones son la ira, esperanza, vergüenza... Todas válidas. Lo que debemos poder establecer, si son emociones adaptativas o desadaptativas, para que en el caso de que sean desadaptativas, podamos buscar la ayuda necesaria, para sobrepasarlas y sanarlas, para poder vivir con las emociones de manera sana y siempre adaptativas.

Las mujeres somos individuos polifacéticos que contribuimos a la sociedad de múltiples maneras. Somos defensoras de valores, de nuestro empoderamiento y justicia, sabemos manejar una compleja gama de emociones con resiliencia y compasión.

Mecanismos que utilizamos

Las mujeres podemos gestionar nuestras emociones a través de diversos mecanismos y estrategias de afrontamiento, buscamos el apoyo de amigos y familiares, participamos en prácticas de autocuidado y sabemos participar en actividades que nos brindan alegría y plenitud.

También somos más abiertas a emplear técnicas de atención plena (mindfulness), sabemos llevar diario y acudimos a terapia para procesar y comprendernos mejor.

Las emociones son profundamente importantes para nosotras, ya que nos ayudan a dar forma a nuestras interacciones, decisiones y bienestar general. Las emociones como la alegría y el amor fomentan relaciones sólidas y contribuyen a una buena salud mental, mientras que las emociones como la tristeza y el miedo, vividas de manera no adaptativa, pueden estar indicándonos la necesidad de cambio o a una autorreflexión.

Al reconocer y saber autogestionar las emociones, las mujeres podemos mantener un equilibrio saludable entre el mundo interior y las responsabilidades externas, lo que en última instancia puede llevarnos al crecimiento personal y la autorrealización.

Carmen Virginia Rodríguez

Carmen Virginia RodríguezFuente externa