SOCIEDAD
Modelo laboral prepandemia no es sustentable y debe dar paso a un sistema híbrido, dicen expertos
A raíz de la pandemia muchos trabajadores aprendieron a valorar su tiempo y su salud, así como un tipo de liderazgo más humano y ambientes laborales en los que haya espacio para expresar las emociones.
Esta variación en las prioridades de los empleados deben tenerla muy en cuenta las organizaciones que quieran fomentar en su interior un clima de bienestar.
Las empresas más exitosas serán las que se adapten mejor al cambio, concuerdan en señalar el conferencista brasileño André Faleiros y el experto en gestión humana argentino Fer Niizawa.
Y es que aquí entra en juego la competencia por el talento, considera Faleiros, experto en felicidad organizacional que laboró como reclutador para Circo del Sol.
Las empresas que brinden mejores condiciones de trabajo, flexibilidad y equilibrio entre la vida personal y laboral serán las empresas que la gente va a preferir.
“Si quieres tener los mejores talentos, tienes que ofrecer las mejores condiciones”, concuerda Niizawa, director de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Crecimiento en PDA, firma que desarrolla herramientas y programas para la gestión del talento.
En la acera opuesta se quedarán las empresas que no estén dispuestas a hacer estas concesiones a sus empleados. Estas habrán de conformarse con el empleado que no sale de su zona de confort y que no aporta valor; las personas con mayor potencial de entre sus filas se marcharán a la competencia, y no necesariamente por un salario más elevado, sino por el ambiente laboral.
“Nos tocó llevar el trabajo a nuestra casa para salvar la compañía”, argumenta Niizawa, así que es tiempo de que las compañías permitan que los empleados lleven su vida al trabajo (que una madre pueda ejercer su maternidad sin que eso signifique que deba desacelerarse su carrera, que un padre pueda ir a un acto del colegio de sus hijos sin que su jefe lo cuestione…).
El modelo tal cual existía antes de la pandemia no es sustentable, asegura el argentino, porque conduce a desgaste mental y físico y produce enfermedades.
Y si bien durante el confinamiento los niveles de productividad aumentaron (los empleados invertían menos tiempo viajando de la casa al trabajo y viceversa o podían cuidar su alimentación al preparar los alimentos en casa en vez de consumirlos en la calle), este modelo tampoco es sostenible a largo plazo.
En opinión de los expertos, la pandemia debe dar lugar a un sistema de trabajo híbrido, que combine lo mejor del mundo pre y pospandemia.
El lugar de las emociones
Faleiros dice que hoy en un clima laboral que promueve el bienestar hay espacio para expresar las emociones, porque las emociones “están llenas de información útil”.
“Todas las emociones son buenas, (incluso) las negativas, porque envían mensajes”, declara.
Pero este ambiente de apertura emocional necesita esfuerzo y se construye entre todos. “Los colaboradores no pueden simplemente esperar que todo se haga para ellos; tienen que ser proactivos”, añade.
Este reconocimiento de la importancia de la adecuada gestión de las emociones ha llevado a las empresas a invertir más en desarrollar las soft skills.
Por eso, opina Niizawa, la inteligencia emocional es una de las habilidades más requeridas en el presente y el futuro, no solamente en los líderes, sino también en los colaboradores.
Y la pandemia, según Faleiros, abrió la puerta a esa tendencia cuando los trabajadores dejaron entrar la oficina a sus hogares.