FAMILIA
Dos experiencias: Los abrazos seguirán el Día del Padre
Este domingo 26 de julio, la celebración del Día de los Padres para los dominicanos es inusual por la pandemia de Covid-19. No se harán las acostumbradas visitas, los abrazos serán menos, pero el sentimiento y la emoción no se racionalizará en quienes podrán manifestarlo ese día.
Para José Armando Tavárez su paternidad es de plenitud. “Siempre he tenido una relación muy cercana, de confianza y mucho amor con mi hijo Juan Pablo, fruto de mi matrimonio con Nancy Minervino. Y, pese a estar entrando en la especial etapa de la adolescencia, nuestra buena relación no ha disminuido, de hecho ha aumentado en el contexto de la pandemia’’.
Cuenta que el confinamiento le permitió tener más horas diarias de conversación y mayor tranquilidad en los tiempos de las comidas para intercambiar chistes. “Él y yo vivimos bromeando, siempre conversamos temas de interés y oramos a Dios con espíritu de agradecimiento”.
Además de sus compromisos como rector del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), Tavárez es catequista de la parroquia Jesús Maestro y hace labores de evangelización. Dice que estos avances científicos y tecnológicos deben servir para que las familias permanezcan más unidas. “Los medios electrónicos lejos de aislarnos, deben conectarnos a un nivel mucho más profundo; y las familias deben ser espacios de amor y comprensión donde los hijos puedan crecer sanos y fuertes a nivel espiritual, físico y mental”.
“¡Mi niño lindo! Mi querido hijo es sensible, honesto, alegre, obediente, respetuoso, sabe escuchar, inteligente y creyente. Es el regalo que Dios me ha dado. Yo amo a mi hijo’’, así define José Armando su amor de padre.
Hija amada
Annabella es la hija de José Leonel Cabrera (Neney) y Gina Haché, dice que más allá de ser un empresario y político, éste desempeña muy bien su rol de padre. Con él tiene una relación muy cercana, de mucha confianza y respeto.
Es arquitecta y artista. Desde muy niña pinta y hoy recuerda que su primera obra fue una escultura de su padre. ‘’El arte ha sido el lenguaje para expresar mi amor y admiración hacia él. Más que con mis manos, lo he dibujado con el corazón’’.
De ese momento hasta ahora han pasado varios años de estudios que le han permitido reforzar sus conocimientos y convertirse en una artista, que con un lápiz de carboncillo en diferentes tonalidades fusiona la luz y la sombra para dar vida a dibujos en blanco y negro, como lo que hace a familiares y amigos cercanos.
Cuenta que sus primeros días de confinamiento por la pandemia de Covi-19 fueron difíciles porque requieren de una adaptación rápida de sus rutinas cotidianas, y preocupados por su salud y la de sus seres queridos. No obstante, estuvieron los seis juntos: Neney Cabrera, Gina Haché, Annabella, Pedro José y Salma María, e incluyen a su perrita Tinti.
‘’Fue un tiempo bonito, disfrutando en familia. Teníamos mucho sin estar todos juntos. Recién regresaba de mis estudios en el extranjero. Nuestra rutina era preparar los almuerzos y hacer los oficios de la casa. Mi hermano y yo nos sentábamos en la misma mesa a trabajar y mi hermana pequeña hacía la tarea del colegio. Luego en la noche, jugaba dominó y todavía hoy continúanos con esa nueva práctica, porque nos entretenemos y nos reímos muchísimo con las ocurrencias de mi papá, durante el juego’’.
“Para mí lo más gratificante y emotivo ha sido dibujar a mi papá. Mi padre siempre me ha inculcado el valor de la familia por lo que a través de mis dibujos puedo exaltar esos principios de unión, apoyo y respeto. Durante toda mi vida he sentido su ternura y su protección, lo que ha transmitido en mí la visión un una sociedad equilibrada, cuyo eje principal sea la familia’’, concluye la joven.