La leche es la mejor amiga de los huesos

La leche es uno de los alimentos más nutritivos, pues contiene proteínas de alto valor biológico. De hecho, forma parte del grupo de alimentos formadores, debido a que contiene los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo no fabrica y que tiene que adquirir de los alimentos.

Las proteínas de origen animal, como las presentes en la leche de vaca, son más completas que las proteínas de origen vegetal.

La leche contiene calcio, vitamina D y otros minerales, además de un 30 por ciento de ácidos grasos esenciales insaturados.

Las proteínas lácteas cubren las necesidades de aminoácidos del ser humano y en cuanto a los hidratos de carbono, es la lactosa la que actúa, proporcionando hasta el 25 por ciento de la energía total del alimento.

Los productos lácteos son fuente de minerales como el calcio, entre 65 y 75 por ciento del consumo diario requerido; potasio, magnesio, zinc y fósforo. El elevado contenido en calcio, potasio y magnesio de la leche beneficia factores de riesgo cardiovascular. Además, la leche es una fuente importante de vitaminas del grupo B (B1, B2 y B12).

La leche es el mejor amigo de los huesos. Además tiene importante papel en la formación y el mantenimiento de huesos y dientes, y también en la prevención de la osteoporosis. La leche es la principal fuente de calcio en nuestra dieta, por ello su consumo es recomendable en cada etapa de la vida.

Recomendaciones diarias

ïLa leche de vaca no debe ingerirse a lo largo del primer año de vida. En esta época se recomienda la lactancia materna o fórmulas.

ïEn la niñez se recomiendan alrededor de dos vasos al día, en la adolescencia, embarazo o lactancia se debería aumentar un vaso más al consumo diario.

ïPara el hombre adulto se sugiere una ingesta de uno o dos vasos al día.

ïEn la mujer adulta joven las recomendaciones deben ser superiores a las del hombre, para prevenir las perdidas cálcicas en la menopausia.

ïEn el periodo de la vejez se pueden recomendar las mismas cantidades que para el adulto joven.

ïSe pueden sustituir la leche por derivados como yogur, queso, etc. En cantidades que representen un aporte equivalente.