temporada ciclónica 2024
¿Cómo se forman los ciclones tropicales? Aquí te lo explicamos
“Un ciclón tropical es una baja presión que se forma en una latitud tropical -cerca del Ecuador, pero, nunca en el Ecuador- que tienen una circulación en superficie definida y organizada”
La temporada ciclónica 2024 está activa. Los meteorólogos vigilan el huracán Beryl. De acuerdo con el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), llegaría a las Islas de Barlovento este domingo y prevén que se intensifique rápidamente.
“Un ciclón tropical es una baja presión que se forma en una latitud tropical -cerca del Ecuador, pero, nunca en el Ecuador- que tienen una circulación en superficie definida y organizada (en el hemisferio norte giran en el sentido contrario a las manecillas del reloj)”. Así lo define la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
En el Atlántico, estos sistemas pueden causar daños catastróficos con sus fuertes vientos, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas. Comprender cómo se forman estos gigantes de la naturaleza es crucial para mejorar cada vez la capacidad de preparación y respuesta.
El proceso de formación de un ciclón tropical comienza generalmente como una perturbación tropical, un área de baja presión que puede formarse a partir de ondas tropicales que se desplazan hacia el oeste desde la costa de África. Estas ondas tropicales son áreas de actividad meteorológica que pueden generar convección, creando tormentas que, bajo las condiciones adecuadas, pueden desarrollar una circulación organizada.
Cuando una perturbación tropical presenta una circulación cerrada de vientos y tormentas bien definidas, se convierte en una depresión tropical. En esta fase, los vientos son de menos de 63 kilómetros por hora (39 millas por hora). Si los vientos aumentan y alcanzan entre 63 y 118 kilómetros por hora (39 a 73 millas por hora), el sistema se clasifica como una tormenta tropical y recibe un nombre. Cuando los vientos superan los 119 kilómetros por hora (74 millas por hora), se clasifica como huracán.
La NOAA explica en su portal oficial que para que se forme un ciclón tropical, deben cumplirse varias condiciones atmosféricas y marinas: una temperatura oceánica específica, vientos determinados, entre otros.
Temperatura y humedad
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos explica que para que se forme “las aguas oceánicas deben estar a 80° Fahrenheit en la superficie y ser cálidas para una profundidad de 150 pies, porque las aguas oceánicas cálidas alimentan los motores de calor de los ciclones tropicales”.
Además, según la entidad, necesitan una atmósfera que se enfríe lo suficientemente rápido con el aumento de la altura para que la diferencia entre la parte superior y la inferior de la atmósfera pueda crear condiciones de tormenta.
También se necesita una media troposfera húmeda (3 millas de altura) porque el aire seco que se ingiere en las tormentas eléctricas en el nivel medio puede matar la circulación.
Giro y ubicación
La NOAA indica que las condiciones deben estar prestas para que actué la fuerza de Coriolis, la que causa que los vientos que convergen hacia una baja presión comiencen a girar, creando el característico patrón de espiral del ciclón.
“La tormenta debe estar al menos a 300 millas del ecuador para que la fuerza de Coriolis cree el giro. Esta fuerza hace que los huracanes del hemisferio norte giren en sentido contrario a las agujas del reloj, y los del hemisferio sur, en el sentido de las agujas del reloj. Este giro puede jugar algún papel en ayudar a los ciclones tropicales a organizarse”, señala el órgano estadounidense.
Viento
La cizalladura del viento juega un papel crucial. Si la cizalladura es alta, puede desorganizar la tormenta dispersando el calor y la humedad necesarios para su intensificación.
“La baja cizalladura vertical del viento (el cambio de la velocidad y dirección del viento con la altura) entre la superficie y la troposfera superior favorece la formación de tormentas eléctricas, lo que proporciona la energía para los ciclones tropicales. Demasiada cizalladura del viento interrumpirá o debilitará la convección”, puntualiza la NOAA.
Según la entidad, el cumplimiento de estas condiciones es necesario pero no suficiente, ya que muchas perturbaciones que parecen tener condiciones favorables no se desarrollan.