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FISCALÍA

Así ha sido la lucha de un joven para denunciar una violación de sacerdote en La Vega

Informar a sus amigos, especialistas cercanos, superiores religiosos, hacer publicaciones redes sociales y mantener conversaciones con su agresor a través de las redes sociales, fueron algunas de las cosas que tuvo que hacer por su caso el joven que acusa de agresión física y sexual al sacerdote Miguel Bienvenido Florenzán Ulloa, fraile de la Orden de San Agustín de La Vega.

Así lo establece el informe del caso presentado por la Fiscalía de La Vega, el cual indica que en 2017 la víctima publicó en las redes sociales una foto acompañada de un mensaje en el que denunciaba parte de los abusos sufridos cuando era menor, durante más de cinco años.

La Fiscalía señala que la víctima también envió cartas con lo sucedido por correo electrónico a los encargados y superiores jerárquicos del imputado de la Orden Agustiniana para que tomaran medidas y así otros niños del Colegio Agustiniano (centro donde estudiaba) no fueran afectados.

Con la finalidad de tener más pruebas, según la solicitud de apertura a juicio presentada, la víctima sostuvo conversaciones a través de WhatsApp con el imputado, para que este quedara en evidencia con sus propias palabras.

“Solo necesito que tú me pidas perdón y que pares, sino me encargaré de pararte”, le habría escrito la víctima a Florenzán Ulloa, a lo que el imputado respondió que podía acercarse o alejarse y que ya le había pedido perdón. Al momento de los abusos el joven era menor de edad.

“Yo perdón te he pedido y no tengo inconvenientes en volverlo a hacer… las cosas que dices ameritan hablarse personalmente”, respondió Florenzán Ulloa a la víctima.

Asimismo, el expediente aborda que la víctima le había hecho saber lo sucedido a la psicóloga del centro educativo, Consuelo Gómez Pezzotti.

El escrito de acusación presentado por el Ministerio Público señala también que la situación de abuso fue conocida por los amigos de la víctima en aquel tiempo, quienes narraron que se dieron cuenta de que algo estaba pasando cuando lo vieron usar el anillo de consagración del imputado, quien supuestamente se lo había dado "como símbolo de la unión entre ambos".

Según el Ministerio Público, otros testigos cuentan que vieron mensajes en el celular de la víctima con besos y corazones, y múltiples llamadas que le realizaba Florenzán Ulloa a la víctima.

El segundo Juzgado de la Instrucción de La Vega fijó para el próximo 30 de octubre el conocimiento de la solicitud de apertura a juicio en contra del sacerdote, quien es acusado de delitos de agresión sexual, física y psicológica.