DESDE LA última butaca
“Plantadas” (2 de 2)
El cine de Lilo y Camilo Vilaplana no oculta temas. Es una especie de luz al final del túnel. Entraña una colección de sorpresas, realizaciones y restricciones personales gracias al ostinado empeño de hacer arte en un contexto donde no abundan recursos.
Ambos son cubanos. Viven fuera de su patria por circunstancias que aquí no vamos a explicar. Y hacen cine. Lilo es un triunfador. Sus teleseries y películas se han exhibido en todo el mundo. Camilo, su hijo, le sigue los pasos y le sobra vocación.
Salen adelante por esa extraña manía de filmar, aún en circunstancias difíciles. Saben escoger, tanto a su equipo de trabajo como la indumentaria tecnológica para alcanzar puestas en escena decentes y competitivas. No festinan el cine ni andan buscando la quinta para del gato.
Se entregan a lo que hacen, y su más reciente filme, “Plantadas”, es un ejemplo. El tema de la violencia de género contra las presas políticas cubanas es de interés. Este es un filme de entraña multicorde, con un tema complejo, provocador, pero a todas luces defendido y defendible porque, testimonio aparte, es un producto de ficción bien equilibrado a pesar de sus leves fallas expuestas en la crónica anterior. Contiene un guion que sabe combinar tres historias (el Escambray, la capital y la cárcel) en una sola, gracias al trabajo del cuarto de edición. La cámara encuadra, busca siempre el ángulo adecuado para que el espectador descubra diversos tonos dentro de cada personaje, tanto en violencia de género, como en balaceras callejeras. Es un cine duro, escrito, dirigido, actuado y producido por profesionales con la camisa arremangada y el sudor sobre la frente. Esa forma de narrar atrae. Su desenfado huele a oficio. Ambos directores no magnificaron la cinta en busca de audiencias. A pesar de su factura testimonial, “Plantadas” es una obra de ficción. Sus personajes son irreales aunque parten de las anécdotas de los testimoniantes.
Verla no implica compartirla. Pero sí es capaz de estremecer. Y eso, hablando de cine, es más que suficiente. Aplausos para los directores por integrar al equipo fílmico al laureado escritor cubano Ángel Santiesteban.
Ficha técnica
País: Estados Unidos. Año: 2022. Duración: 140 minutos. Directores: Lilo y Camilo Vilaplana. Guion: Ninoska Pérez, Ángel Santiesteban y Lilo Vilaplana. Premios: Festival de Cine de Miami: Premio del Público y Premio Compartido a la mejor obra de un director cubano. Sinopsis: Narra la historia de varias presas políticas cubanas en las cárceles de su país durante los primeros años del gobierno de Fidel Castro.