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El cine, un refugio y un espacio para procesar la experiencia de la guerra

La película mostraba cómo los residentes vieron su tranquila y apacible ciudad asaltada de pronto por tanques y soldados rusos

Sala de cine, EFE

Sala de cine, EFE

Aunque su refugio antibombas es hoy por hoy más importante que una sala de cine, el Centro Cinematográfico de Leópolis ofrece también una plataforma a los cineastas del país para procesar la experiencia de la guerra, por encima de la destrucción provocada por la invasión rusa.

La sala principal del centro municipal dió la bienvenida al visitante de la sesión del fin de semana para ver uno de los documentales que tratan de reflejar la especial mezcla de horror y de esperanza que viven los ucranianos.

Victor Storm, uno de los autores de "Hostomel: The Story of One House", contó ahí a los espectadores que pasó doce días junto a sus vecinos en su bloque de viviendas de Hostomel. En esa población de la periferia de Kiev se libró una de las batallas principales del fallido intento ruso de conquistar la capital ucraniana, al principio de la invasión.

La película mostraba cómo los residentes vieron su tranquila y apacible ciudad asaltada de pronto por tanques y soldados rusos, literalmente de la noche a la mañana, mientras Rusia intentaba hacerse con el control del aeropuerto. Acurrucados en el sótano, 20 de esos vecinos sobrellevaron ahí el terror ante las explosiones cercanas, hasta que finalmente salieron de ese infierno en apenas dos coches.

Storm dijo que le ayudó ver esta experiencia a través de la lente de un cineasta y empezó a preparar la película, basada en testimonios directos del grupo y rodada en cuanto estuvo más seguro.

La proyección de la película fue gratuita, pero se animó a los visitantes a donar lo que pudieran en beneficio de las fuerzas armadas ucranianas.

Yaroslava Yakovleva, responsable de programación del centro, dijo que la guerra tuvo un gran impacto en la industria cinematográfica del país.

"El estrés cotidiano disminuye el interés por las películas, mientras que las dificultades económicas hacen que menos gente pueda pagar las entradas y las alarmas antiaéreas también ahuyentan a la gente", dijo a EFE.

En los últimos años, el Centro se había convertido en un importante centro cultural para la ciudad y la comunidad local. Desde el primer día de la guerra, ha asumido un nuevo papel como punto de encuentro de iniciativas destinadas a apoyar la lucha del país.

Ha acogido además una serie de cursos de primeros auxilios para los habitantes y campañas de recaudación de fondos para los soldados ucranianos y los desplazados.

El edificio tiene un amplio sótano que se ha convertido en un refugio antibombas, abierto las 24 horas del día y para los habitantes de los barrios residenciales de los alrededores.

En los primeros días de la invasión, el centro albergó hasta mil desplazados internos, mientras que actualmente su sótano puede albergar hasta 300 residentes o personas que asistían al cine durante los bombardeos.

El centro está acondicionando ahora el refugio para las temperaturas más frías. Se han adquirido generadores de electricidad y se está almacenando leña. Es actualmente más importante que la sala de cine, dice Yakovleva, al tiempo que subraya que la sala sigue cumpliendo su función de institución cultural.

Se proyectan regularmente películas internacionales de estreno reciente. En el último mes se celebraron una veintena de actos benéficos, mientras que en septiembre acogió un festival de cine y debates sobre la situación actual de la industria.

Yakovleva afirma que muchos artistas están procesando aún su experiencia y considera que es demasiado pronto para empezar a expresarla a través del cine.

Un gran número de proyectos cinematográficos han quedado en suspenso por la destrucción de los lugares de rodaje o la falta de financiación. Aunque las subvenciones a la industria del cine debía triplicarse en 2022, la reorientación del gasto estatal a consecuencia de la guerra hizo que la industria pudiera contar con 14 veces menos.

Además, muchos cineastas y actores están actualmente en el frente, algunos han muerto o han sido heridos en combate. Según Storm, en las condiciones actuales los documentales sobre la experiencia de la guerra son especialmente relevantes y relativamente más fáciles de realizar que cualquier otro tipo de cine.

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